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El alcalde sostiene que uno de los grandes retos de la ciudad es potenciar la cohesión social

El futuro pasa por actuar en políticas de cohesión social, así lo afirmó ayer el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, en el discurso de balance que cada año, desde 1983, organiza el Colegio de Periodistas y que este año se celebró en el Colegio de Arquitectos. Hereu hizo un balance eufórico. Todo se puede mejorar, dijo antes de abordar cualquiera de los aspectos que tocó, pero de inmediato expresó su satisfacción por cómo han ido las cosas.

Sólo una vez reconoció que la evolución pasada era negativa. Fue al hablar de la sensación de inseguridad de los ciudadanos que reflejan las encuestas. Pero fue para añadir que el ciclo negro que se inició en 1998 ya ha entrado en fase positiva. Pese a ello, sugirió que cuando termine el despliegue de los Mossos d'Esquadra pedirá que se destinen más a Cataluña. Ya en las preguntas (la innovación de este año, porque en los anteriores no se podía preguntar) uno de los asistentes quiso saber por qué no pide que lleguen más agentes de inmediato. Hereu sostuvo que, de momento, el "sistema aguanta" por lo que se puede esperar.

Hereu organizó su charla sobre la base de "tres ejes": el progreso económico de la ciudad, las políticas de cohesión social y la calidad de vida en los espacios públicos. Pero dedicó mucho más tiempo a insistir en la necesidad de políticas de integración que a los otros dos asuntos que, dijo, hoy por hoy van, como todo lo demás, viento en popa.

Barcelona tiene que abordar en política social un cambio radical, al amparo de las leyes de asistencia promovidas por los gobiernos español y catalán. "Podemos dar un salto cualitativo en políticas sociales", dijo Hereu.

Se refirió con insistencia a la necesidad de ayudar a las familias a soportar la compleja vida actual, cuyo punto más débil es la mujer. Una generación "bisagra", dijo, a la que ha tocado cuidar de los padres y de los hijos, mientras se transforman las formas de vida.

También aludió a la educación y la formación, como factores de promoción de la igualdad de oportunidades y de la producción de capital humano. "La educación ha de ser una obsesión en cualquier ciudad que quiera mirar al futuro", dijo señalando y agradeciendo la presencia del consejero de Educación, Ernest Maragall, en primera fila, junto a otros dirigentes políticos socialistas y casi el pleno del tripartito municipal, que ocupaban las primera filas de la sala.

En materia de vivienda, la ciudad ha promovido en 2006, aseguró, 2.200 pisos protegidos, lo que equivale al 35% del total construido en Cataluña. Mantener esta cuota no basta, añadió; el Ayuntamiento tiene que producir suelo e invertir en vivienda asequible, así como ayudar a familias con problemas, como hace ahora, recordó, en 4.537 casos.

Los indicadores económicos, sostuvo, son todos positivos. De modo que se trata de actuar para que, cuando dejen de serlo, la ciudad pueda resistir el embate.

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