Los 'sin techo' de Francia ponen fin a la campaña por la vivienda digna
Los Hijos de Don Quijote, la asociación que lleva tres semanas movilizada en favor de las personas sin techo o Sin Domicilio Fijo (SDF), como son conocidos en Francia, cantó ayer victoria y anunció que levantaba los campamentos que sus militantes y simpatizantes habían instalado en numerosas ciudades del país. El Gobierno que preside Dominique de Villepin les ha garantizado que proporcionará una vivienda digna para las decenas de miles de personas que viven en la calle o en lugares que no reúnen las mínimas condiciones de habitabilidad.
Sin embargo, los militantes del movimiento van a esperar a comprobar el grado de cumplimiento, y ayer anunciaron que no se desmovilizarán hasta que los SDF dispongan de un alojamiento digno.
Cerca de un millón de personas no disponen de vivienda permanente en Francia, de las que 100.000 viven en la calle, según la asociación ATD Quart Monde.
El Ministerio de la Cohesión Social, cuyo titular, Jean-Louis Borloo, se ha convertido en un auténtico apagafuegos del Ejecutivo, hizo público ayer un plan especial que duplica el número de plazas disponibles para albergar de "forma permanente" a todas aquellas personas que acudan a los servicios sociales. Ese plan contempla aumentar hasta 27.100 plazas las 13.500 que el Estado dispone actualmente, según explicó la ministra delegada Catherine Vautrin, una cifra todavía escasa de ser ciertas las cifras antes mencionadas.
Sin embargo, Augustin Legrand, portavoz de Los Hijos de Don Quijote, anunció ayer el "inicio inmediato de un proceso que pondrá fin a todos los campamentos", comenzando por el primero y más emblemático de todos, el que desde el 16 de diciembre ocupa parte de los muelles del canal de Saint Martin, en París, compuesto por unas 300 tiendas de campaña.
Proyecto de ley
Con esta serie de acciones, Los Hijos de Don Quijote han conseguido que el Gobierno presente un proyecto de ley que sitúa el derecho a la vivienda al mismo nivel que la educación o la sanidad, lo que permitirá exigir al Estado ante los tribunales que proporcione alojamiento digno. Según las predicciones del Gobierno, desde finales de 2008 las personas con grandes dificultades, como los SDF o las mujeres solas con niños, podrán ya reclamar. Para Legrand, se trata de "un cambio radical de política sobre los sin techo y la certeza de que el derecho a reclamar una vivienda ante la justicia será adoptado próximamente en un auténtico espíritu de consenso político y asociativo, que nos conduce a una salida de la crisis inmediata".
En términos más cercanos, el Gobierno ha decidido ampliar el horario de apertura de los albergues de urgencia, estudiar la posibilidad de dar acogida a los animales de compañía de los SDF y disponer de una partida presupuestaria de urgencia para financiar el equivalente a 1.000 habitaciones de hotel para que los servicios sociales tengan un mayor margen de maniobra.
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