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Reportaje:

Tarjetas a todo trapo

El arranque de las rebajas en domingo llena las arterias comerciales de las ciudades tras un mal otoño de ventas

"Yo he salido a pasear y me han traído a comprar", decía ayer con sorna Javier Cedillo, atascado junto a su mujer y su hijo en una céntrica calle peatonal de Valencia. Y es que ayer el paseo dominical llevó a miles de personas a los escaparates de los comercios valencianos en el primer día de las rebajas de invierno, que arrancaron con una gran afluencia de clientes e importantes descuentos. El arranque de la campaña en domingo favoreció la afluencia de público en las principales arterias comerciales de las ciudades. Y fuera en la calle Colón de Valencia o en la avenida Maisonnave de Alicante las escenas se repetían. Aceras llenas, público cargado con bolsas y largas colas serpenteantes en los establecimientos. "Casi nos damos los teléfonos", bromeaba una vecina de Alicante a la que le había dado tiempo en la cola de la caja de entablar una animada conversación con sus "compañeros" de compra. Las tiendas de ropa y calzado competían por las rebajas más altas, de hasta un 60% de reducción sobre el precio de muchas prendas que se han quedado en los estantes en los últimos meses, principalmente porque las altas temperaturas los hacían poco atractivos y necesarios. La actividad se reproducía en muchos centros comerciales y dejaba ajeno a este bullicio al resto de las ciudades, que se desperezaron al ritmo amable de cualquier otro domingo.

"Las rebajas han empezado muy bien porque es domingo y por los descuentos que hay, pero para nosotros ha sido un mal año", comentaba ayer el encargado de una franquicia de moda masculina y femenina en Valencia, que coincidía con el pronóstico de la Confederación Valenciana de Comercio (Covaco), que hace unos días anticipó "una de las mejores campañas de rebajas de los últimos años" tras la caída de ventas de la temporada de otoño e invierno. Anged, la patronal de las grandes superficies, echó las campanas al vuelo a media mañana de ayer y aseguró que "van a ser las mejores rebajas de la historia". La asociación calcula un 12% más de público que el año pasado y espera que esa tendencia se mantenga todo el mes. "Hay más gente que otros años", comentaba en la misma línea la dependienta de una franquicia de ropa joven de Alicante. Los estudiantes aún no han vuelto a las aulas y para las familias era un día festivo, argumentaba la trabajadora. El día elegido para empezar las rebajas también facilitó la presencia en Alicante de vecinos de poblaciones próximas.

Covaco prevé un aumento del 9% del volumen de venta del comercio urbano respecto de las rebajas del invierno de 2005, con un gasto medio de 210 euros.

Una cantidad superior gastará probablemente María José Herrero si encuentra todo lo anotado en su "chuleta" para las rebajas, desde un cepillo de dientes a pantalones y chaquetas. "Vengo todos los años el primer día y sé lo que quiero comprar", decía ayer esta mujer mientras empujaba el cochecito de su nieta por los pasillos de un gran centro comercial de Valencia. A Susana Iborra también la engulló la masa de compradores, pero a su pesar: "Soy antirebajas, que se peguen otros. Sólo he venido por mi hijo a cambiar un regalo que no funciona".

En muchos comercios se produjeron largas colas ante las cajas, donde las dependientas se dejaban los dedos tecleando precios reducidos. Había que armarse de paciencia para salir con la ganga en la bolsa. "Este año es peor que otros, parece que el consumo es mayor. Hay que tomárselo con calma", afirmaba Maite, dependienta de una gran cadena de ropa mientras colocaba una blusa en una percha de la que será descolgada en pocos minutos por otra clienta.

A curiosos, compradores compulsivos y a los prudentes se dirigen estos días las asociaciones de consumidores. La Unión de Consumidores de la Comunidad Valenciana (UCE) y la Asociación Valenciana de Consumidores (Avacu) recordaban que las rebajas son de precio, no de calidad, insistían en que los consumidores tienen los mismos derechos durante las rebajas que durante el resto del año y animaron al consumidor a exigir factura o el recibo y a comprobar el precio antiguo.

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