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Un muerto y tres heridos al chocar dos coches en una carrera ilegal

Los conductores de un Porsche y un Ferrari competían en una autovía en El Ejido

Un italiano de 52 años identificado como P. L. F., que llevaba 10 años afincado en Roquetas de Mar (Almería), murió la madrugada del viernes al volante del Ferrari que conducía tras chocar con otro vehículo de gran cilindrada, un Porsche. El accidente se produjo por un roce entre los dos deportivos, que competían por alcanzar la mayor velocidad en una recta de la autovía del Mediterráneo a la altura del polígono de La Redonda, en El Ejido (Almería).

El pique entre los dos conductores, que eran amigos, segó la vida del empresario italiano y ha dejado muy grave a T. C., el acompañante de 27 años que viajaba con él. Ambos circulaban sin cinturón de seguridad y salieron despedidos del vehículo, que se incendió. P. L. F. murió en el acto.

El accidente se produjo al filo de las cinco y media de la madrugada. Hasta el lugar se desplazó una unidad de cuidados intensivos del 061 y un equipo de emergencias de un centro sanitario de El Ejido, que trasladaron a los tres heridos.

Las dos personas que viajaban en el Porsche, una mujer de 27 años identificada como A. V. y un hombre de 28, también italiano y cuyas iniciales son M. C., fueron atendidos en el lugar del siniestro por médicos del centro de salud de El Ejido, que les dieron traslado al Hospital de Poniente, donde fueron tratados de las policontusiones que presentaban. El acompañante del fallecido fue ingresado en el Hospital de Torrecárdenas (Almería).

P. L. F. era un conocido empresario que regentaba el restaurante italiano Sardegna, en Roquetas de Mar, además de tener negocios inmobiliarios. Ayer, el cocinero del restaurante mostraba su consternación por lo ocurrido. "Hace 22 años que lo conozco. Era un gran amigo. Ha sido una desgracia", afirmó.

El accidente ha tenido lugar tan sólo cinco meses después de que en Marbella otra carrera ilegal causara la muerte de una persona. En aquel siniestro murió un portugués que viajaba en un Citroën Saxo ajeno a la competición entre tres turistas de nacionalidad italiana a bordo de un Ferrari y de dos Maseratti en la antigua nacional 340.

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