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Aymerich propone limitar el poder de Villarino

El conflicto del 25º aniversario del Parlamento de Galicia, con la interpretación de una versión aflamencada del himno gallego que no gustó en el BNG, sigue vivo tres semanas después. Ayer se plasmó en la petición del Grupo Parlamentario nacionalista de una reforma del Reglamento de la Cámara autonómica, que permitiría una dirección del Parlamento "más transparente, colegiada y democrática". Se trata en resumen de limitar las atribuciones de la Presidencia, que ahora desempeña la socialista Dolores Villarino, a la que los nacionalistas reprocharon su "desprecio a los símbolos de Galicia" por las celebraciones del pasado 19 de diciembre. "Aquellas actuaciones no resultaron demasiado ejemplares en transparencia, sino que se adoptaron de forma unilateral y casi secreta", opinó ayer el portavoz del BNG, Carlos Aymerich. Los nacionalistas proponen la creación de una ponencia parlamentaria que permita crear un Reglamento "de todos, que no del BNG", en contraposición con el actualmente en vigor, promovido "por la mayoría absoluta del Partido Popular".

Aymerich combinó las críticas a Dolores Villarino con el reconocimiento de "sus logros" en la informatización del trabajo de los diputados, lo que permite que la reforma del Reglamento le dé "mayor agilidad" a las iniciativas. "Tenemos reglas de la época en la que todo lo que se presentaba era papel; ahora se pueden acortar los plazos", declaró el portavoz nacionalista, que considera "ilógico" que una iniciativa se tenga que presentar con 15 días de antelación: "Ese plazo le hace perder inmediatez e interés", dijo.

El portavoz del BNG apuntó que la revisión del Reglamento tiene también por objetivo la eliminación de "espacios de inmunidad política, jurídica, de secreto". De ser atendidas sus peticiones, sería "la mejor manera de celebrar los 25 años del Parlamento de Galicia". Respecto a Dolores Villarino, el diputado nacionalista cree que en su condición de presidenta "conviene" que se hable lo menos posible de ella. "Cuando hay que estar hablando continuamente" de la presidenta es porque "o está sobreactuando o no interpeta bien el papel que tiene que desempeñar". Aymerich negó "animadversión" hacia Villarino, pero apuntó: "Podría mejorar manifiestamente el desempeño de su función".

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