El club blanco da vía libre a Cassano para que busque club
El simpático segunda punta del Roma, Antonio Cassano, se convirtió hace un año en el fichaje estrella del mercado de invierno. Su llegada al Madrid representó a la perfección tanto la metáfora del declive de Florentino Pérez como la elasticidad del tiempo como magnitud física. Todo sucedió tan rápido que desde entonces el Madrid ha pasado por cuatro presidencias, tres entrenadores y tres directores deportivos. Hoy los dirigentes del Madrid esperan con ilusión noticias de Italia: no les ilusiona fichar sino desprenderse de Cassano.
El Madrid no le ha dicho nada al jugador, oficialmente. Los dirigentes, sobre todo su director deportivo Pedja Mijatovic, consideran que el lenguaje del fútbol es bastante elocuente como para tener que dar explicaciones. Cassano sabe lo esencial. Primero que su entrenador, Capello, le ha puesto al final de una larga lista de delanteros. Segundo que esta lista ha aumentado gracias a la incorporación de Higuaín. Con esta evidencia, el agente de Cassano, Beppe Bozzo, no ha tenido que excederse en perspicacia para concluir que su deber es sacar al muchacho del atolladero madrileño.
Bozzo, que en Italia tiene fama de diletante, se ha puesto manos a la obra. El Milan ha sido el primero en picar. Según informaba ayer el periódico italiano Gazzetta dello Sport, el club lombardo envió un fax ofreciéndose para recibir al jugador en calidad de cedido hasta junio. Al parecer, Adriano Galliali, el director general milanista, intenta probar la mercancía. En el Madrid, hasta ayer, no se habían dado por enterados. El presidente, Ramón Calderón, está de viaje en Tenerife. Y Mijatovic, de vacaciones en los Balcanes.
El día de su presentación en el Bernabéu, por primera vez, el ex presidente madridista no acudió al acto. Cassano se presentó sonriente y con sobrepeso. A Florentino Pérez le quedaban menos de dos meses al frente del club. Fue su último fichaje, y aunque la propaganda oficial proclamó que los cinco millones de la operación fueron una ganga, al cabo de un año de ensayos aquella cotización se antoja desorbitada.
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