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Reportaje:

Muebles de un tiempo y de un espacio

Una exposición muestra ejemplos del esplendor del interiorismo madrileño en los años sesenta desarrollado por arquitectos

Madrid ha sido uno de los laboratorios más importantes del diseño de mobiliario doméstico. Al compás del intenso desarrollo de la arquitectura madrileña entre los años 1950 y 1970 -contra viento y marea- muchos de los más grandes arquitectos integraron en sus proyectos el de las sillas, mesas, armarios, puertas, incluso llaves y carpinterías.

Para poner en valor aquel esfuerzo, la Fundación COAM expone hasta el 12 de enero la muestra El diseño de muebles en el Madrid de los 60, que presenta un repertorio de gran riqueza y variedad de elementos de mobiliario de aquella década.

Esa integración, informal pero cierta, del mobiliario en el proyecto arquitectónico sobrevino al tomar conciencia los alarifes de que tales elementos domésticos, como ya previeron los pioneros de la escuela centroeuropea de la Bauhaus, acompañarían a los inquilinos de los pisos por ellos diseñados durante toda su estadía residencial.

"La burguesía impulsó un proceso ornamental modernizador", dice el comisario de la muestra
El certamen Exco, convocado en 1961 por Vivienda, desató la racha creadora

Llama la atención una silla de oficina ideada por Miguel Fisac, denominada Madrid y cuya sencillez -patas metálicas finas que se abren en arco, espaldar y asiento entelados- es similar al modelo Bilbao, ambos creados en 1960. "La inquietud creativa de Fisac era extraordinaria", explica Pedro Feduchi, comisario de esta muestra, que ya el año pasado se vio precedida por otra que abarcaba la década anterior.

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Hijo y nieto de arquitectos, Feduchi interpreta así el esplendor mobiliario en aquellas dos décadas: "La burguesía madrileña impulsó entonces un proceso arquitectónico y ornamental modernizador que iba por delante de la situación política".

Recorriendo la exposición se perfila un panorama, según recuerda Feduchi, que la Prensa británica de la época definiera de manera rotunda: "La arquitectura española se expande furiosamente".

Así, en el terreno del mobiliario interior, hizo realmente furor una butaca en piel color avellana diseñada por Javier Carvajal para el Pabellón de España en la Feria Mundial de Nueva York de 1964 y que, a su seductora comodidad, incorpora un diseño de una actualidad extraordinaria.

Otra pieza de admirable hechura es una silla diseñada por Francisco de Inza, en madera bruñida, que se asemeja a la montura de una cabalgadura tártara, con altos brazos y asiento en tiras cruzadas de cuero. Rasgo común en casi todos los elementos expuestos es que los espaldares mostraban dimensiones reducidas, desapareciendo de sus diseños los componentes jerarquizantes de otro tipo de muebles, como los neogóticos, neoclásicos, imperio, incluso muchos modernistas. Se aprecia también cierto subdesarrollo ergonómico, habida cuenta del poderoso despliegue ulterior de estos cánones.

Resulta insólito averiguar que muchas de las piezas expuestas han sido allegadas mediante contactos directos con los arquitectos que las idearon o con sus familiares ya que, muchas de estas muebles nunca fueron construidos en serie. No obstante, el comisario Pedro Feduchi destaca una salvedad: "Son encomiables las apuestas que algunos mueblistas, como Rafael García, desde su tienda de la plaza de la Independencia, hicieron a favor de los diseños más modernizados". También subraya el empuje representado por H Muebles, de la familia Huarte, que realizó, a juicio de Feduchi, un importante mecenazgo sobre los arquitectos más imaginativos de la época, desde Corrales a Fullaondo.

No superan la cincuentena, pero los elementos exhibidos informan mucho sobre una etapa donde las adversidades en la escena política no lograron acallar los avances modernizadores que bullían en los principales estudios de arquitectos: Rafael Moneo, Enrique Nuere, Alberto López Asiaín, Vicente Sánchez Pablos, Juan Gamboa o Aurelio Biosca, son algunos de los arquitectos cuyos muebles, de gran funcionalidad y donaire, la exposición muestra, con una referencia a un certamen oficial, denominado Exco, convocado en 1961 por el entonces Ministerio de la Vivienda, que impulsó a su manera aquella racha creadora.

"Es chocante, pero cierto; al concluir aquella década de los años 60 del siglo XX, la innovación del mobiliario se detuvo bruscamente", dice Feduchi, que no encuentra explicación para aquel fenómeno que, otros alarifes, interpretan en función de cierto vértigo que se apoderó de la burguesía, otrora emprendedora, ante la profundidad de los cambios reales que se avecinaban entonces.

Diseño de muebles en el Madrid de los años 60. Fundación COAM. Piamonte, 23. De lunes a viernes, de 10.00 a 21.00; sábados, de 10.30 a 14.00. www.fundacioncoam.es

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