Los hosteleros, a favor de que se fume en bares de empresa y banquetes

Esperanza Aguirre encuentra más predicamento entre los hosteleros madrileños que Elena Salgado, al menos en lo que se refiere a su política antitabaco. En una encuesta, un 57% de los dueños de bares y restaurantes se muestran en contra de la ley impulsada por Sanidad y sólo un 22% dice lo mismo del reglamento aprobado hace dos meses por la Comunidad de Madrid, que permite fumar en cafeterías de empresa y celebraciones privadas.

En la norma que entró en vigor a principios de año, el Ministerio de Sanidad prohibía "totalmente" fumar en cualquier parte de los centros de trabajo y en los bares y restaurantes ubicados dentro de estos centros. Diez meses después, la Comunidad de Madrid descafeinó esta norma. Con la normativa regional, los trabajadores madrileños pueden echarse un pitillo en los bares de empresa con más de 100 metros cuadrados y en las celebraciones privadas.

Los hosteleros intervienen ahora en el pulso entre el Gobierno central y el regional. Según los datos de una encuesta telefónica realizada por la Cámara de Comercio de Madrid a 800 empresarios y responsables de los 30.000 locales que hay en la región, está claro de qué lado se ponen: la normativa de Aguirre está, en opinión de los encuestados, más ajustada a la realidad (dice el 66,9%), es más justa (60,5%), tiene mejores consecuencias sobre la economía en general (44,8%) y perjudica menos a la hostelería y los hoteles (76,8%).

A pesar de su rechazo a la ley estatal, la mayor parte de los hosteleros no se han visto obligados a acometer grandes reformas: sólo uno de cada diez ha habilitado su local para dividir espacios entre los que echan humo y los que respiran el ajeno. En cambio, la mayoría (el 43,8%) optó por permitir fumar en todo el local. Sólo el 17,1% prohibió por completo la nicotina de su local. Y entre los que tienen menos de 100 metros cuadrados, este porcentaje baja hasta el 10,4%.

Rodrigo Córdoba, del Comité para la Prevención del Tabaquismo, prefiere fijar su atención en el 70% de la población que apoya la normativa estatal, por la que los espacios públicos se convierten en espacios sin humo. "Nuestra posición es la de los ciudadanos, que no está representada en grupos que defienden intereses económicos muy concretos", dice. Córdoba también atribuye los resultados de la encuesta a la "extraordinaria influencia" que ejerce la industria del tabaco sobre las asociaciones de hostelería. Córdoba va más allá de lo que fue el Ministerio de Sanidad y aboga por la prohibición total en los bares, restaurantes y discotecas.