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Aguirre y Gallardón inauguran un polideportivo en Usera entre abucheos

Los vecinos protestaron por la falta de luz en la calle y el abandono que sufre el barrio

Daniel Verdú

Empieza la temporada de inauguraciones y, superados ya los desencuentros, raro es el día en que Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón no coinciden con la tijera en la mano. Ayer, en la inauguración del polideportivo de Jesús Rollán, en el barrio del Zofío (Usera), decenas de vecinos les recibieron con pancartas, abucheos e intentos de zarandear su coche oficial. Protestaban por el abandono que, a su juicio, sufre el barrio. Denuncian que las calles del Zofío llevan tres meses sin luz a causa del robo de cables y que el polideportivo estaba construido desde hacía un año.

Primero llega Gallardón. Tímidamente le increpan algunos vecinos. Charla brevemente con colaboradores y residentes menos díscolos y al poco llega la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre. Baja del coche y a las puertas del vehículo la recibe muy educadamente el alcalde. Ahí ya se animan los vecinos: "¡Espe! ¿Usera en lista de espera?". Ella tira de ironía: "Son partidarios acérrimos, ¿no?". La comitiva se dirige a la cinta y, tras cortarla, inicia el tour por el flamante polideportivo.

La instalación polideportiva ha sido construida y financiada por la Comunidad de Madrid sobre suelo del Ayuntamiento, que la gestionará a partir de ahora. Ha costado casi 9,2 millones de euros. Regalo de Navidad de Esperanza para Alberto. "Gracias, presidenta, por haber hecho esta inversión", le agradece el alcalde. Pero en realidad el regalo es para los vecinos de Usera, así que parece que hay celos: "Ya nos gustaría a Esperanza y a mí, que vivimos en Centro, tener una instalación así en esa zona".

Y la verdad es que todo el mundo, vecinos díscolos incluidos, está de acuerdo en que el polideportivo es "bien majo". Gran piscina, campo de fútbol de hierba artificial, jacuzzis y pistas cubiertas de baloncesto y balonmano. Todo ello con "un estilo muy cálido", destaca Aguirre.

En su discurso, mirando al presidente de la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid, Francisco Caño, sentado en la primera fila, Gallardón tiene una mención especial para el movimiento vecinal. "Muy crítico en ocasiones, como debe ser, pero muy leal. Siempre sabe reconocer cuando las cosas se han hecho bien". En la puerta del recinto, los miembros de la asociación de vecinos del Zofío, no tan leales y megáfono en mano, no entienden lo de Caño.

"La verdad es que no es muy razonable que esté ahí. Tenemos una reivindicación, y nosotros también somos de la FRAVM", explica Francisco Rodríguez, presidente de dicha asociación. "No contamos para nada. Hemos estado tres meses sin luz, el polideportivo lleva terminado muchos meses y no lo han querido inaugurar". La Comunidad asegura, sin embargo, que "se ha inaugurado cuando se ha terminado".

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En ésas sale la pareja de políticos y los ánimos se caldean. Gritos y abucheos. La portavoz de la asociación se lanza disparada contra los mandatarios. Sin éxito, claro. La interceptan los encargados de seguridad y comienzan los empujones. "¡Fascistas!". Llegan los antidisturbios y, entre zarandeos, los coches de Aguirre y Gallardón se marchan.

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona en 1980. Aprendió el oficio en la sección de Local de Madrid de El País. Pasó por las áreas de Cultura y Reportajes, desde donde fue también enviado a diversos atentados islamistas en Francia o a Fukushima. Hoy es corresponsal en Roma y el Vaticano. Cada lunes firma una columna sobre los ritos del 'calcio'.

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