La Cámara apela al consenso de 1981 para reformar el Estatuto

La reforma del Estatuto impregnó ayer los discursos de los portavoces y de la presidenta de la Cámara, Dolores Villarino, en el pleno extraordinario con el que se celebró el 25 aniversario del Parlamento de Galicia. Los partidos apelaron a aquel consenso que permitió poner en marcha la autonomía, aunque el PP reivindicó su papel de grupo mayoritario, "el preferido por la mayor parte de los gallegos para gobernar".

En unos discursos intercalados con las actuaciones musicales que amenizaron la sesión, los portavoces y la presidenta de la Cámara reclamaron consenso y "amplitud de miras" en la reforma del Estatuto, en palabras de la socialista Dolores Villarino, quien consideró esta tarea un punto de inflexión en la historia de la autonomía, una vez alcanzada la "joven madurez actual". Villarino apeló al "diálogo", lema del aniversario parlamentario, para reivindicarlo como "instrumento que permita dotarnos de un Estatuto moderno".

Esa reforma, continuó la presidenta, será la que sitúe a Galicia "al mismo nivel que otras comunidades, que han mejorado ya su techo competencial". "Pido generosidad y amplitud de miras para que el texto estatutario sea un ejemplo, para que recoja las aspiraciones y los sueños de la inmensa mayoría de la ciudadanía", manifestó Villarino, que animó a culminar "el buen trabajo de la ponencia" parlamentaria, con esfuerzo y "generosidad en las renuncias".

Elegido para gobernar

El portavoz del Grupo Parlamentario Popular, Xosé Manuel Barreiro, coincidió con la presidenta del Parlamento en recuperar el lema de "diálogo" para aplicarlo a las negociaciones del Estatuto. "Hagamos bueno el lema y dialoguemos entre los grupos, y preferentemente con el mayoritario, que es el elegido por la mayor parte de los gallegos para gobernar Galicia", reivindicó el diputado del PP. Con esa receta, añadió, Galicia tendrá su nuevo Estatuto "más pronto que tarde, y, al igual que en 1981, con el más amplio consenso".

Alertó Barreiro de las consecuencias de un eventual fracaso de las negociaciones, ya que, según explicó, "nadie entendería que, teniendo al alcance de la mano el consenso, se estropee por las imposiciones de algunos o por la forma de llamarnos", en alusión al debate sobre la definición de Galicia. El portavoz del Partido Popular recordó que son los ciudadanos quienes reclaman "que la reforma del Estatuto sea de todos, y no de un partido", y ofreció "el galleguismo y el reformismo" de su partido para mejorar las condiciones de vida de los gallegos.

El portavoz socialista, Ismael Rego, eludió el debate estatutario para reivindicar la "reconstrucción" de los consensos perdidos, en tanto que el BNG, Carlos Aymerich, apuntó que Galicia se halla en la "encrucijada" de escoger sobre qué "tradición" y "valores" quiere reformar su Estatuto, y apostó por la fórmula de "encuentro", formulada por el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, de "reconocer la tradición galleguista".