Van Nistelrooy valida el manual de Capello
El holandés ejecuta al Espanyol en un partido que el Madrid jugó media hora con 10 por expulsión injusta de Cannavaro
Capello dejó huella profunda en Montjuïc, donde su manual resistió lo que no pudo el Madrid de los dos últimos años ni el fantástico Sevilla hace un par de semanas. Frente a un equipo en estado de gracia como el Espanyol, que llevaba once jornadas sin perder y que había puesto de moda el tridente formado por Tamudo, Luis García y De la Peña, se salió con la suya. Si lo consiguió se lo debe tanto a la letal pegada de Van Nistelrooy y a la clase magistral que impartió Guti en la segunda parte, como al dispositivo con el que obnubiló a De la Peña y desactivó por completo su conexión con Tamudo y Luis García.
Una vez más, no fue brillante el juego del Madrid, pero fue tan efectivo que no importó siquiera que perdiera el concurso de Cannavaro apenas iniciada la segunda parte. Para entonces, Van Nistelrooy ya había aprovechado un servicio de Guti para retratar a Torrejón y batir a Kameni. Cuatro minutos después, la incomprensible decisión del juez de línea, que vio manos donde sólo hubo un balonazo en la cabeza del italiano, no supuso mayor problema para el Madrid pese a quedar diezmado, sin su Balón de Oro. Es más, dispuso de sus mejores ocasiones inmediatamente después de la expulsión. Iba por delante en el marcador y Capello ya no tuvo mayor empacho en sacar a escena todo el catálogo de defensas y los acontecimientos le salieron a pedir de boca. El Espanyol desplegó su panoplia ofensiva pero, cortocircuitado De la Peña, lo hizo sin la intensidad ni las variantes precisas para rasgar el manual de Capello, tanto más efectivo cuanto más se espesa el juego y permite actuar a verlas venir a quien lo interpreta.
ESPANYOL 0 - REAL MADRID 1
Espanyol: Kameni; Zabaleta, Torrejón, Jarque, Chica; Moisés, De la Peña; Rufete (Pandiani, m. 55), Luis García, Moha (Coro, m. 74); y Tamudo. No utilizados: Gorka; Lacruz, Velasco, Ito, y Ángel.
Real Madrid: Casillas; Salgado, Sergio Ramos, Cannavaro, Roberto Carlos; Emerson, Guti; Robinho (Mejía, m. 55), Raúl, Reyes (Diarra, m. 70); y Van Nistelrooy (Raúl Bravo, m. 84). No utilizados: D. López; Ronaldo, Cassano y Pavón.
Gol: 0-1. M. 49. Van Nistelrooy engancha un tiro cruzado tras recibir de Guti dentro del área y deshacerse de Torrejón con un buen control y un giro del cuerpo.
Árbitro: Pérez Lasa. Expulsó a Cannavaro (m. 53) por doble amonestación. También vieron tarjeta amarilla Moisés, Robinho, Roberto Carlos y Zabaleta.
Estadio Olímpico de Montjuïc 33.502 espectadores.
El técnico italiano apostó de entrada por un abanico muy abierto con Reyes y Robinho en las bandas. Enganchó a Guti por delante de Emerson y sacrificó una de las vueltas del cerrojo dejando a Diarra en el banquillo junto a Ronaldo. El Espanyol no estuvo tan afilado como ante el Sevilla. De la Peña tuvo que retrasarse unos metros más de lo habitual para arrancar el juego. El equipo al completo se mostró muy predispuesto al repliegue voluntario y eso benefició a sus defensas que no tuvieron que soportar embestidas punzantes ni unos contra uno desequilibrantes. Zabaleta y Chica solían tener guardaespaldas cuando se jugaban el bigote ante Robinho y Reyes.
El Espanyol sacó algunas jugadas con rapidez y obligó a trabajar en cuentagotas pero a fondo a Casillas, que actuó de portero y de defensa escoba a la vez. De la Peña suele ponerlas a la espalda de la defensa y cuando Sergio Ramos y Cannavaro fueron sobrepasados, se antojó decisiva la velocidad y el juego de pies de Casillas. Así evitó que Tamudo subrayara su nombre con mayúsculas tras un pase al hueco, esta vez de Moha. Casillas de nuevo abortó lo inapelable en la enésima falta botada por De la Peña desde la frontal con destino a Jarque.
El Madrid se puso en marcha como un motor diesel. Trianguló corto y lento en el centro del campo. Les costó a Emerson, Guti y Raúl encontrar vías por donde hacer correr la bola. Van Nistelrooy se pasó medio partido de espectador. Pero incluso en esa fase abrió el percutor ganándole la espalda a Torrejón en un centro de Raúl. Rectificó como una centella el central del Espanyol, de lo contrario el delantero holandés hubiera decidido antes de lo que lo hizo.
El Madrid cambió de revoluciones en el inicio del segundo tiempo. Subió líneas y el toque de corneta causó efectos inmediatos sobre su juego. Guti lo agradeció. Cerca del balcón del área, su compás causó estragos. Le dio el pase del gol a Van Nistelrooy, enganchó un tirazo que sacó a relucir la mejor versión de Kameni, aprovisionó a Reyes, que también probó remate y, una vez diezmado su equipo, fue de los que mayor sensación ofensiva ofreció. Era lo que necesitaba el Madrid para no quedar encerrado totalmente en su cajón.
Capello apretó todos los broches una vez quedó fuera del partido Cannavaro. Retiró a Robinho y recurrió a otro central, Mejía. A falta de 20 minutos para el final, relevó a Reyes y dio cancha a otro medio defensivo, Diarra. Van Nistelrooy se quedó más solo que la una. Valverde actuó en sentido inverso. Metió en el meollo a Pandiani y a Coro, con lo cual su equipo podía contar hasta cinco jugadores claramente ofensivos. De poco le sirvió. El Madrid se agrupó bien atrás y apenas concedió una ocasión en un trallazo de Pandiani que repelió Casillas. La otra oportunidad la abortó Roberto Carlos, muy presto en el cruce sobre Coro tras una buena asistencia de Tamudo. Pero el Madrid dio la sensación en todo momento de controlar el juego con oficio, la virtud que más se le pudo observar en Montjuïc, Guti y Van Nistelrooy aparte.
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