"Más que ninguno, éste es nuestro partido"
Rijkaard asegura que su equipo no caerá en la trampa de minusvalorar al rival y relativiza la importancia de poder convertirse hoy en el primer europeo en ganar el torneo como jugador y entrenador
En 1989 y 1990, Frank Rijkaard ya ganó la Copa Intercontinental como centrocampista de un Milan inolvidable. El técnico holandés recordaba ayer en Japón la alegría de la gente cuando llegaron a Milan con la Copa, pero lo cierto es que jugó bien lo dos partidos y en el segundo metió dos goles. "Me acuerdo especialmente de la primera final", aseguraba en la planta 47 de la Landmark Tower de Yokohama, mientras era fotografiado a las puertas del gimnasio del hotel donde se aloja el Barcelona. La jugó contra el Nacional de Medellín de Pacho Maturana y se muere de risa cada vez que le asalta la imagen de Marco van Basten presionando sobre la salida de René Higuita de la portería con el balón en los pies. De la segunda no habla mucho, pero metió dos goles. Así es Frank Rijkaard, tan suyo que en la rueda de prensa oficial de la FIFA pasó de puntillas cuando se le avisó de que puede ser el primer europeo -hay dos uruguayos que ya lo han conseguido- que gane esta competición como jugador y como entrenador. "Muy bien. Me preocupa más que la gane el Barça", se limitó a decir.
Pero dijo más Rijkaard. Por ejemplo, avisó de que él sólo es uno más en el engranaje del club. Incluso se acordó de los que estaban el año pasado, como el masajista Ángel Mur, ya jubilado, y su ayudante técnico, Henk Ten Cate, ahora entrenador del Ajax. También subrayó otra vez que el partido no es fácil, que el Internacional de Porto Alegre cuenta con un buen equipo y se mostró aliviado al confesar: "Los jugadores del Barça lo saben. Por ahí no cometeremos errores". Es más, acuden a la cita con todo preparado: "Hemos ido a verles a Brasil, les hemos analizado en vídeo y por ahí no nos sorprenderán". Lo que tiene claro es que no será el Barcelona quien cambie el estilo. "Tal vez ellos", dejó caer el holandés.
Tranquilo, se hartó de que se le preguntara quién es o deja de ser favorito: "No hay favorito", insistió. "Yo no sé quién es el mejor hasta que no acabe el partido, pero sé que quiero que seamos nosotros los mejores". Y lanzó un mensaje: "No hemos viajado tantas horas para no cumplir, así que ya que estamos tan cerca, lo mejor es salir al campo y cumplir con nuestro trabajo. El fútbol es un juego serio, así que hay que hacerlo bien". Defendió a su estrella, Ronaldinho, de quienes dudan de que pueda ser el mejor del mundo porque falló con Brasil ene l Mundial: "¿Falló él o falló Brasil? Yo sólo sé que votaría a uno del Barça si tuviera que elegir al mejor del mundo. No sé si es más importante el portero, o el mediocentro defensivo o el que abre el campo. En mi equipo todos lo somos. A lo mejor el error de Brasil fue no dar importancia a Ronaldinho. Para nosotros lo es". Tan importante como la Intercontinental. "Es nuestro partido, el más importante. Ahora sí, más que ninguno. Queremos este título".
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