Una discutida remodelación

Fermín Lasa, duque de Mandas, (San Sebastián, 1832-Madrid, 1917) legó el parque donostiarra de Cristina Enea a la ciudad con la condición de que se respetasen sus edificios, su trazado y su rica arboleda. No se sabe qué diría el noble sobre las obras de remodelación que ha llevado a cabo el Ayuntamiento en este pulmón verde de 94.600 metros cuadrados, a las que está previsto sumar nuevos trabajos. Pero sí se conoce la polémica que han suscitado entre el alcalde, el socialista Odón Elorza, y los partidos de la oposición. Ninguno está de acuerdo con la operación, ni siquiera EB, socio de gobierno del PSE. También son públicas las protestas de distintos grupos ecologistas y ciudadanos. Entre ellos está la asociación Parkea Bizirik, respaldada, según afirma, por las firmas de 2.200 personas. Ayer volvió a la carga y aseguró que las intervenciones planeadas son "ilegales".

La agrupación asegura que cuenta con el respaldo de 2.200 ciudadanos para contestar la intervención

Para sostener esta afirmación, Parkea Bizirik esgrimió un reciente escrito de la Dirección foral de Cultura que señala que "es evidente que los trabajos que se están realizando en el parque no son de conservación o mantenimiento", por lo que, "según las Normas de Protección del Patrimonio Urbanístico Catalogado del Plan General de Ordenación Urbana de San Sebastián, la intervención en dicho parque, catalogado con el grado uno, deberá estar sujeta al informe vinculante de la Diputación".

El escrito, elaborado a petición de las Juntas Generales, admite que, hasta la fecha, ni el proyecto de remodelación ha sido presentado en la Diputación ni el Ayuntamiento ha solicitado la emisión del informe correspondiente. "Hemos tenido conocimiento de las obras a través de la prensa y de algunas denuncias presentadas por ciudadanos particulares y asociaciones", indica la Dirección de Cultura.

Ante estas circunstancias, la institución foral entiende que la emisión del informe en el momento actual "carecería de ejecutoriedad", ya que las obras de la primera fase ya están realizadas. A su juicio, ahora sólo cabría plantearse "la posible reversibilidad de algunas de las actuaciones" y "la solicitud por parte del Ayuntamiento del preceptivo informe en actuaciones futuras".

El documento foral, fechado a finales de noviembre, indica que, "por razones de urgencia", no se detiene en "valoraciones de tipo técnico sobre las consecuencias de esta intervención en sus más variados aspectos: constructivo, estético, histórico, paisajístico, naturalístico, etcétera".

En vistas de este escrito, Parkea Bizirik insiste en criticar las afecciones sobre la flora y la fauna del parque y en denunciar el incumplimiento del legado del Duque de Mandas. Pero además, sostiene que la actuación de la junta de gobierno supone "una grave quiebra de prescripciones del Plan General vigente", que "pudiera suponer un delito urbanístico del que se derivarían consecuencias penales". "El proyecto no dispone del soporte legal urbanístico para ser ejecutado, es decir, es ilegal", ahonda, para añadir que es preciso "paralizar la tramitación" de las fases pendientes.

La asociación indica que la Diputación, "con el soporte de los informes técnicos y jurídicos pertinentes, debe actuar inmediatamente para establecer la legalidad urbanística expresada en el Plan General". En cuanto a la reversibilidad de las obras ya ejecutadas, cree que se debe incoar el correspondiente expediente de protección por parte del Gobierno vasco conforme a la vigente Ley de Patrimonio.

Parkea Bizirik ha hecho llegar la documentación foral y sus consideraciones al Ararteko, a los grupos municipales y a la Diputación. El director foral de Cultura, Imanol Agote, se remitió ayer a su escrito al ser preguntado por este asunto. Ningún representante del equipo de Elorza se pronunció al respecto, aunque hasta ahora han defendido la corrección de las obras.