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Los médicos inician la alimentación forzosa de Iñaki de Juana Chaos

Los facultativos le han colocado una sonda nasogástrica al etarra, tras 35 días de ayuno

El etarra Iñaki de Juana Chaos, que mantiene desde el 7 de noviembre su segunda huelga de hambre en protesta por su condena por dos artículos publicados en Gara, está siendo alimentado desde el lunes de manera forzosa. Los médicos de la unidad de nutrición del hospital Doce de Octubre decidieron colocarle una sonda nasogástrica para alimentarle con suero y así evitar un mayor deterioro físico del preso. La Audiencia Nacional rechazó ayer el recurso del etarra contra su alimentación obligada.

Tras ser condenado a 12,5 años de prisión por supuestas amenazas terroristas, De Juana decidió el pasado 7 de noviembre retomar la huelga de hambre que había iniciado el 7 de agosto y que abandonó el 9 de octubre. El preso había reclamado que no se le alimentara forzosamente y había manifestado su decisión de llevar esta segunda huelga de hambre "hasta el final".

Ya el 16 de noviembre, la Audiencia Nacional ordenó que se alimentase al recluso en caso de que su estado de salud se deteriorase. El 25 de noviembre, al debilitarse su situación, fue trasladado al hospital para recibir cuidados más específicos, pese a la negativa de De Juana.

El terrorista, que ha cumplido 18 años de cárcel de los cientos que se le impusieron por la comisión de 25 asesinatos, recurrió el auto de la Audiencia en el que se ordenaba a la Dirección General de Instituciones Penitenciarias que le alimentara en cuanto los médicos lo considerasen oportuno.

La Sección Primera de lo Penal de la Audiencia Nacional dicto el lunes un auto, conocido ayer, en la que rechaza el recurso de súplica interpuesto por el recluso. Éste argumentaba que la decisión de la Audiencia Nacional "violenta" su libertad como "interno mayor de edad" y se oponía a la compañía de otro recluso en su celda, porque "no es personal especializado y el tamaño de la celda hace que la convivencia sea penosa para ambos".

La Audiencia alega en su rechazo que la Administración penitenciaria "tiene el derecho-deber de velar por la salud y la integridad física de los internos". La sonda le ha tenido que ser colocada en contra de su voluntad, por lo que tuvo que ser sujetado para introducírsela. Fuentes de Instituciones Penitenciarias niegan que el estado de salud del reo haya empeorado y alegan que la sonda se le ha colocado siguiendo "el protocolo habitual en casos como el de De Juana".

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