Osasuna no encuentra adversario

Una vez solucionados los problemas del inicio de la Liga, Osasuna ha cogido el ritmo de las locomotoras de vapor. Juego más bien lento, escasa brillantez, constancia y, sobre todo, perfecto engranaje de todas las piezas. El resultado, cuatro victorias, una de ellas en la Copa de la UEFA, y una sensación de seguridad casi olvidada. Ayer, los de Ziganda tuvieron el aplomo para aguantar al Mallorca durante un primer tiempo escaso de calidad y esperar una oportunidad.

La tibieza de los baleares, que se mantuvieron a base de libres directos lanzados por Arango y Jankovic, se consumó tras el descanso. A partir de ese momento, Osasuna no encontró rival en un Mallorca desestructurado e inestable. Valdo y David López hallaron verdaderas autopistas por las que lanzarse continuamente. En una de esas aproximaciones por la izquierda, Soldado trató de controlar el balón con la fortuna de que éste cayó a los pies de Milosevic, que, solo, batió a Prats. El apagón de los bermellones tras el tanto fue total, casi desquiciante.

Ni una aproximación más al área de Ricardo, ni una contra, ni un disparo a puerta, ni un gesto de pundonor salvaron la cara del equipo visitante, inerme pese a la presencia de Tristán, Arango y Maxi López. Sólo faltaba la figura del puntillero para finiquitar el partido y el papel recayó en Javier Flaño, con un soberbio disparo cruzado, y Puñal, tras un penalti inexistente. Ellos terminaron por sentenciar a los mallorquines, simples sparrings sin personalidad.