"Me suelo quedar con un sabor agridulce"
Sergio Rodríguez no sabe en qué huso horario vive. Bosteza mientras habla. Tan pronto está en Portland como los Trail Blazers inician una gira de una semana por los Grandes Lagos: Detroit, Milwaukee, Indiana, Toronto, Filadelfia y Memphis. "Me paso el día en los aeropuertos", explica el baloncestista en conversación telefónica desde el autocar de su equipo y bajo una nevada "de cojones". Los dos primeros balones que el cerebro tinerfeño de 20 años tocó fueron sendos triples contra Seattle. Su arranque en la NBA parecía un juego de niños. Nada más lejos de la realidad. Elegido el 27º del draft por Phoenix Suns, fue traspasado a la franquicia de Oregón, la peor del curso pasado: 21 victorias y 61 derrotas.
"Contra Minnesota jugué por primera vez más de dos minutos seguidos. Para mí, fue muy importante. Como pasar el sarampión"
"Lo de la Liga de Desarrollo se sacó de quicio. Supongo que sería una mala traducción. Tampoco se hubiera caído el mundo. Habría sido cosa de un mes"
Pregunta. ¿Qué es lo que más le ha descolocado de la Liga más dura?
Respuesta. Al principio, estaba muy contento por el ambiente y tal. Luego, fastidiado por no jugar. Porque esto es la hostia y quieres jugar. Cuando ves que el tiempo pasa y no sales a la cancha, te planteas: "¿Puedo o no jugar?". Y, cuando sales, quieres hacerlo bien y ganar. Es un proceso.
P. Parece más asentado.
R. Estás pendiente de muchos detalles: los periodos son de 12 minutos en vez de 10, la línea de tres está más lejos... Aquí no llegas y ya lo sabes todo, no. Hay muchos tiempos muertos y hay que descansarlos bien sin enfriarte.
P. ¿Y los comentarios que le situaban en la Liga de Desarrollo?
R. Eso salió en España. Aquí no vi nada. No le quise dar ninguna importancia. De hecho, al día siguiente de salir publicado, hablé media hora con Nate McMillan [el entrenador] y no me dijo nada. Supongo que las traducciones serían diferentes. Tampoco es que se hubiera caído el mundo si hubiese jugado en la Liga de Desarrollo. Habría sido cosa de tres semanas, un mes... Aunque está claro que no he venido para jugar en la Liga de Desarrollo. Mi prioridad es la NBA. Se sacó de quicio.
P. ¿Qué le pide el técnico?
R. Que dé energía al equipo y cambie el ritmo del partido. Tampoco nos dice muchas más cosas. Da bastante libertad.
P. ¿Ya ha dejado de jugar utilizando mucho las manos para ganarse un espacio?
R. La NBA es otro rollo, sobre todo si eres un novato. Puedes hablar con los árbitros, pero sin aspavientos, que, si no, te cuelan una técnica. No hablo mucho con ellos. Como mi inglés no es muy bueno... Me callo y sigo adelante. No merece la pena. Hay que adaptarse a esa mentalidad, pasar por ello. Como todos.
P. Siendo campeón del mundo, ¿le tratan como a rookie?
R. Aquí lo de los rookies es muy raro. ¡Garbajosa lo es a sus años [casi 29] y con su experiencia! Dicen que podría ser el novato del año y ha estado en Italia, en el Unicaja. Pero, como es su primer año aquí... ¡Para nada!
P. Al menos, va teniendo más presencia en el juego.
R. Estoy muy contento en el aspecto individual porque hace menos de un mes parecía impensable que estuviera acá. Con todo lo que se había dicho... Pero creía en mí. Me fastidia perder porque a todos nos gusta ganar.
P. Quizás es porque la Conferencia Oeste es más complicada. Toronto está arriba con números negativos.
R. Aquí cualquiera te la hace. No se gana holgadamente.
P. En menos de diez días superó su marca de asistencias.
R. Contra Atlanta, que fueron 11, una más que ante Phoenix. Sabe bien, pero es una putada porque tampoco ganamos. Soy de los que piensan que el cuento hay que acabarlo.
P. Pese a todo, encabeza las asistencias por minuto en pista.
R. Lo importante es que esté jugando, que lo haga bien y que confíen cada vez más en mí. Lo demás es una anécdota. A ver si me consolido como el segundo base. Para eso hay que ser muy regular.
P. Pero promedia más que Calderón (3,9 por 3,4). Y en menos minutos.
R. Bueno, tienes que tener la suerte de que las metan. Si no, es como si nada. Y Calderón está jugando poco, pero lo está haciendo muy bien. Si tienes un contrato como T. J. Ford, que, aparte, no es que digas "éste es un paquete", pues... claro, tiene asegurados 30 minutos. Por eso, cuando sales de segundo base, tienes que saber tu rol y aprovechar la cancha al máximo.
P. ¿Su partido preferido?
R. El de Minnesota. Por las circunstancias. Llevaba siete sin jugar y salí en el último cuarto. Repartí ocho asistencias... Por lo general, estoy contento, aunque me suelo quedar con un sabor agridulce.
P. Tuvieron que salir Kevin Garnett y Mike James para amarrar el partido.
R. Por primera vez jugué más de dos minutos seguidos en la NBA. Para mí, fue muy importante. Fue como pasar el sarampión. ¡Y con Garnett delante! ¡Tengo un póster de él en mi cuarto en Tenerife!
P. Se sintió responsable de la derrota ante Orlando, cuando falló el último lanzamiento. Tanto que se fue a ensayarlos una hora.
R. A nadie le gusta fallar el último tiro. Lo tenía ahí... A todo el mundo le jode. Me fui a la cancha, pero más para pensar que por tirar.
P. Su entrenador es partidario de ralentizar el juego, en contra de la tendencia actual. Esa falta de ímpetu le perjudica en principio.
R. La NBA siempre se ha caracterizado por eso: llegar y el primero que la pilla se la pica. Bueno, estamos haciendo un juego bastante orientado al interior, con balones a Randolph para que él cree las ocasiones. Pero le practican muchos dos o tres contra uno. Si no, optamos por el pick-and-roll arriba, que también me viene bien.
P. ¿Cree que Jarret Jack, el base titular, podría jugar más de escolta y que así apareciese usted más en cancha?
R. El puesto está bien ocupado. Jarret es base. Tendremos que competir por el mismo puesto.
P. ¿Hay tanta diferencia?
R. Él es más físico y le dan más confianza. Además, tira bien y lleva muchos años en la NBA. Sabe de qué va todo.
P. ¿Le sorprende el apelativo de Spanish chocolate?
R. Aquí les gusta mucho ponerte un nickname [apodo]. Ya me lo habían puesto en el Europeo júnior.
P. Recuerda al de Jason Williams, que tiene fama de no defender y jugar para la galería...
R. Sé que tengo que mejorar atrás. Y físicamente. Y también cuando ataco, cuando salto para tirar a canasta... En todo. En cuanto a Williams, me gusta tomar riesgos y pasármelo bien mientras juego. Aunque según adquieres experiencia, piensas más frío.
P. Hay quienes consideran que se ha ido demasiado pronto a la NBA, que todavía le quedaban un par de años para desarrollarse.
R. En los campus de entrenamientos de verano, con Chicago, Boston, Phoenix, Lakers..., había veces en que te decías "hey, soy mejor que este tío" y otras que te sentías peor. Tampoco profundizas. Sólo sabía que, si me preseleccionaban, me iba a la NBA fijo. No tenía ninguna duda. Ni la tengo.
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