Los buitres de la Premier
Nos gusta decir en España que nuestra Liga es la mejor del mundo. Habrá quien discrepe, pero los resultados en la competición europea de los últimos años tienden a darnos la razón. Lo que nadie discute es que la española es una de las tres Ligas más fuertes, junto a la inglesa y la italiana. Sin embargo, los acontecimientos en Inglaterra de esta semana hacen pensar que la relativa paridad del trío puede estar a punto de ser historia. Hay motivos para creer que en un futuro cercano la Liga inglesa se disparará y volverá a ejercer, como en los muy viejos tiempos, una clara hegemonía sobre todas las demás; que llegará el día en el que afirmar que la Liga española es la mejor será una ridiculez.
Esto no tiene nada que ver con los resultados en la primera fase de la Liga de Campeones, aunque es verdad que la inglesa es la única Liga con cuatro equipos clasificados para los octavos de final. El Chelsea, el Liverpool, el Arsenal y el Manchester United acabaron además los primeros en sus grupos. Pero este dato no deja de ser meramente coyuntural. Si hay un error en el que caemos todos los que pretendemos analizar el fútbol es el de basar nuestros juicios en el último partido. Lo más significativo que se detecta en la Premier League es la tendencia al enriquecimiento de sus clubes, al océano de diferencia que parece que habrá entre los ingresos medios de un club inglés y uno español; por no hablar de los italianos, cuya tendencia es hacia el derrumbe en todos los frentes.
La noticia de la semana en Inglaterra -bueno, en el ámbito del fútbol, que, al fin y al cabo, es el que genera noticias de mayor repercusión- ha sido que un hombre más rico que el ruso Roman Abramovich, el dueño del Chelsea, está a punto de comprar el club más español de Inglaterra, el Liverpool. Se trata del jeque Mohamed Bin Rashid al Maktoum, autoridad máxima del emirato de Dubai y dueño de Dubai International Capital, macroempresa cuyos contables empezaron a analizar las finanzas del Liverpool el martes pasado. En teoría, el nuevo Liverpool tendría acceso a cantidades de dinero incluso mayores que el Chelski. Podría fichar a quien quisiera y pagar lo que pidieran.
El Liverpool, un gigante medio dormido, es el más apetecible, el más carismático, de los clubes ingleses que todavía no están en manos de magnates extranjeros. Los que ya han caído son el Manchester, el Aston Villa, el Fulham, el Portsmouth, el West Ham y el Chelsea. Pero resulta que hay por lo menos cinco clubes más que están en las miras de buitres multimillonarios. Empresas surcoreanas, árabes, rusas y norteamericanas, cuyos dueños en todos los casos son nuevos superricos, están olfateando la posibilidad de adquirir el Newcastle, el Manchester City, el Everton, el Tottenham e incluso el recién ascendido Reading.
¿Por qué tanto interés por los clubes ingleses? Primero, porque, siendo empresas con accionistas, están todos teóricamente en venta. Un jeque árabe puede acercarse cuando quiera a algún accionista mayoritario de un club inglés y hacerle una oferta que no pueda rechazar. Segundo, porque, a diferencia de muchos clubes del resto de Europa, tienden a estar bien administrados y ser rentables. Los estadios cobran caras las entradas, pero están todos llenos, y los ingresos medios por derechos televisivos son los más altos que hay. Tercero, porque la Liga inglesa posee -por historia- una mística que atrae a más gente en más países que cualquier otra. Este fenómeno lo refleja, y lo alimenta, el hecho de que el fútbol inglés es el que más telespectadores globales tiene.
Lo que terminará ocurriendo es que sólo el Real Madrid, el Barcelona, los dos clubes de Milán y la Juventus podrán competir con los seis clubes ingleses más ricos a la hora de fichar los mejores jugadores. Y después habrá seis clubes ingleses más que competirán al mismo nivel que el Bayern Múnich, pero estarán muy por encima de cualquier otro club europeo.
La experiencia española lo demuestra: el Madrid y el Barça siempre han dominado el fútbol español porque siempre han sido los más ricos. La lógica indica que ahora pasará lo mismo con los clubes ingleses respecto a los demás. La Liga española, tan presumida ella hoy, parece estar condenada a ser la prima pobre de la inglesa."¿De dónde eres?". "Londinense, pero soy del Liverpool?".
"Bueno, hijo mío... ¿Qué se siente al estar en el cielo?".
Bill Shankly, antiguo entrenador del Liverpool, a un aficionado.
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