"Es importante para su padre"
Capello explica su decisión de llevar a nueve chicos del filial a Kiev, entre ellos el hijo de Michel
En el pequeño autobús que traslada hasta el avión a la expedición del Madrid por una de las pistas del aeropuerto de Barajas, ya no cabe nadie más. Beckham intenta hacerse un sitio, esquivando los resortes de la puerta. Lo consigue y queda encajonado entre un montón de chiquillos vestidos con un traje gris que no terminan de asentarse muy bien sobre sus cuerpos. Son los nueve canteranos (Adán, Torres, Sergio, Javi García, De la Red, Nieto, Adrián González, Mata y Borja Valero, convocado a última hora tras la baja de Raúl Bravo por gastroenteritis) con los que Fabio Capello, el técnico blanco, ha completado la lista para enfrentarse al Dinamo de Kiev esta noche en el irrelevante -si se consideran poco importantes los 600.000 euros en juego- encuentro final de la primera fase de la Liga de Campeones. "Faltan muchos jugadores. Hay muchos tocados, como Cannavaro o Emerson y por eso han venido tantos chicos del segundo equipo", se justificó el italiano.
Hace seis meses Adrián González estaba en el Juvenil C. Hoy puede debutar en Europa
Entre los muchachos que, un poco incómodos, rodean a Beckham, está Adrián González. Aparentemente, es igual que cualquiera de los otros futbolistas del filial: cabello repeinado para parecer despeinado y aspecto adolescente. Pero no es igual. No exactamente. Su padre es Michel. O sea, su entrenador en el Castilla y una de las piezas más importantes del Madrid en los años ochenta. El de personalidad más singular de los miembros de la Quinta del Buitre. "Su papá", según constatación objetiva de Fabio Capello. "Michel es su entrenador pero también es su papá y creo que esto es importante para un padre", analizó con buen humor el preparador. "Creo que Adrián se lo va a pasar muy bien", concluyó sonriendo.
Adrián, de 18 años, ha pasado del Juvenil C a entrenarse ocasionalmente con el primer equipo en seis meses. Quizá, incluso a debutar hoy. Algunos de los habituales en los campos de entrenamiento de la cantera madridista dicen que se parece "mucho en los gestos" a su padre. Con una curiosa diferencia. Adrián es zurdo. Bueno técnicamente, también juega en ocasiones en la media punta.
No han sido muy frecuentes las parejas padre e hijo que han triunfado en el mismo equipo. Aunque el ejemplo más reciente fue el de los también madridistas Manolos Sanchís. El joven, por cierto compañero de promoción de Michel. Marquitos y Marcos Alonso, también fueron ambos internacionales, pero el mayor en el Madrid y el menor en el Atlético y el Barça.
El chaval, Adrián, a quien el club dice proteger aislándole de la curiosidad de la prensa, no parece muy tenso en la víspera de su posible debut. En algún aparte, revela muy convencido que está tranquilo. Que ha recibido consejos. Que tiene los pies en la tierra y todas esas cosas. Miembro de la factoría madridista desde infantil, también militó un año en los Osos de Celaya mexicano. Evidentemente, porque su padre acabó su carrera en ese club.
De la Red, otro canterano, se erigió en portavoz de la tropa juvenil, por aquello de ser veterano en estas lides -pues jugó en Atenas la pasada temporada-, para resumir en dos frases lo "contentos que estaban todos" y la "ilusión" de ver sus nombres en los papeles. El joven también tuvo que escuchar alguna reprimenda en broma de su técnico, que le recordó que lo importante es entrenarse.
Capello también se acogió a su propio manual para subrayar lo mucho que le importa el partido, aunque no tenga ninguna incidencia en la clasificación, y lo poco que, sin embargo, le importa el frío: "Lo importante no es la temperatura, sino el estado del césped". El termómetro marcaba anoche dos grados bajo cero. Los chicos hacían ejercicios en mitad del campo sobre un piso con algunas calvas y muy húmedo. Aparentemente en no muy buenas condiciones. Capello negó reiteradamente que sus futbolistas estuviesen "faltos de motivación" o pensando en el próximo partido liguero, el sábado, contra el Sevilla.
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