El BNG debate la mayor reorientación política y organizativa de su historia
Los nacionalistas celebran su primera asamblea desde que asumieron tareas de Gobierno
EL BNG debate este fin de semana la adopción de un conjunto de propuestas políticas y organizativas que, de conseguir el apoyo de la mayoría, supondrán la mayor reorientación de la nave común del nacionalismo gallego desde la asamblea que en 1987 devolvió el Bloque al camino de las instituciones políticas. En juego está la redifinición de los límites de su indentidad soberanista y de izquierdas, así como el grado de autonomía que la organización está dispuesta a conceder al propio Quintana en su actuación como vicepresidente de la Xunta.
En el discurso inaugural de la undécima asamblea nacional del Bloque, Xosé Manuel Beiras proclamaba que su decisión de ceder el liderazgo de la organización a Anxo Quintana tenía por objeto "propiciar la renovación y no abrir una lucha por el poder". " El BNG", enfatizaba Beiras entonces, "es un proyecto común y no un coliseo para combates de gladiadores".
Tres años después todo ha cambiado en el Bloque. La unidad tan trabajosamente construida en torno al lanzamiento de Quintana como líder de la organización -y candidato a la Presidencia de la Xunta- y que entonces permitió a todos los partidos y colectivos formar una única candidatura ha saltado por los aires. La división tradicional dentro del BNG, que ya en 2003 comenzó a dar muestras de debilidad con la consagración del grupo de independientes capitaneados por Roberto Mera, paradójicamente ahora al lado de Quintana, se ha desdibujado hasta hacerse casi irreconocible.
Por si fuera poco, a estos cambios hay que sumar el hecho de que el BNG constituya hoy una fuerza que comparte el Gobierno de la Xunta. Esta situación, inédita para el nacionalismo gallego, ha provocado a lo largo del último año problemas de coordinación y recelos entre quienes ejercen cargos en el Ejecutivo y los dirigentes que quieren que los miembros de la Xunta sometan su actuación a los criterios de la organización.
Las previsiones más realistas acerca de la asamblea que comienza hoy en Santiago apuntan a que la candidatura oficial, encabezada por Anxo Quintana y apoyada por la UPG, el PNG, Inzar y la práctica totalidad de los cargos públicos de la organización, obtendrá en torno al 70% del respaldo de los militantes y que las otras tres se repartirán el 30% restante.
Cualquier resultado por debajo de ese listón supondrá un aviso de la militancia para el portavoz nacional. Por el contrario, un porcentaje de apoyo superior reforzará la posición de Quintana de cara a las próximas elecciones municipales, la primera prueba que pondrá a prueba la labor del nacionalismo en el Gobierno de la Xunta.
La proliferación de candidaturas, con todo, no expresa sólo una pelea por los puestos de responsabilidad dentro de la organización. Si en 1987, en la asamblea de Carballiño, el BNG resolvió el debate sobre el marco en el que quería llevar a cabo su actividad política eligiendo el camino de las instituciones autonómicas a las que hasta entonces se había opuesto, la cita de este fin de semana está llamada a resituar las líneas rojas de las demandas identitarias de la organización.
Con distintos matices, los tres sectores críticos creen que la actual dirección está renunciando al perfil tradicional del nacionalismo gallego, defensor del derecho a la autodeterminación, por una especie regionalismo posibilista. Quintana y la UPG, siempre según la opinión de estos grupos, tratarían con esta estrategia de ampliar la base social del Bloque y quebrar así el declive electoral en el que la organización se ha instalado desde el año 2001. La apuesta por la moderación, según los críticos, estaría afectando también a la naturaleza del Bloque como formación de izquierdas con el objetivo, en este caso, de situar a los nacionalistas en el centro del espacio político gallego.
A este debate, de cuyas conclusiones depende la orientación política del BNG en el futuro, hay que añadir el que va a tener lugar este fin de semana en torno a cuestiones organizativas. En primer lugar, la propuesta de poner fin al modelo asambleario, que hasta ahora garantizaba la participación directa a los militantes y constituía una de las señas de identidad del Bloque. La segunda cuestión, de mayor relevancia a corto plazo, gira en torno al grado de autonomía que el BNG está dispuesto a conceder a Quintana y a los conselleiros nacionalistas a la hora de tomar decisiones desde la Xunta. En este punto, aunque la ponencia oficial refuerza el poder del portavoz nacional, no está el compromiso de la UPG.
La asamblea comenzará hoy a las 11.30 horas sin el discurso de apertura que tradicionalmente abría los debates de la asamblea. En esta ocasión será el coordinador de la Executiva, Francisco Jorquera, el encargado de defender el informe de gestión y del documento de tesis de la dirección saliente. Después de eso se cerrarán las puertas a la prensa y comenzará la verdadera discusión.
La confianza de 'Quin'
El portavoz nacional del BNG, Anxo Quintana, al que sus compañeros apodan cariñosamente Quin, aprovechó ayer una visita oficial como vicepresidente de la Xunta a Allariz (Ourense), localidad en la que nació y feudo tradicional del nacionalismo desde que él mismo se convirtiese en su alcalde en el año 1989, para expresar la confianza con la que afronta la duodécima asamblea.
Quintana espera "una gran movilización de militantes", gracias, en parte, a la existencia de cuatro candidaturas al Consello Nacional. "Es positivo que todos los que creen poder aportar algo al BNG lo hagan, porque esto sólo puede redundar en beneficio" de la organización.
En ese sentido, explicó, espera una gran participación y movilización de militantes que contribuya a reforzar la formación nacionalista. "Eso es lo que espero de esta asamblea", señaló. El líder nacionalista recordó que él también presenta su propuesta al Consello Nacional pensando que puede "aportar algo positivo". Su intención, explicó, es "dar continuidad a un trabajo comenzado hace tres años", cuando fue elegido portavoz nacional.
No obstante, Quintana se mostró convencido de que los promotores de las otras tres candidaturas también están seguros de que pueden "aportar algo bueno al BNG", informa Efe. La solución, según Quintana, está en manos de la voluntad democrática que expresarán los militantes este fin de semana. "Sin duda será la mejor para el BNG y para mí también", concluyó.
Durante su visita a Allariz, Quintana aprovechó para inaugurar un foro de actividades relacionadas con la informática orientada al entretenimiento para todas las edades.
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