De las botas al sexo
Una asociación de médicos hace una encuesta con cientos de variables sobre las roturas de ligamento, que causan psicosis en el Valencia
¿Puede influir el cambio climático en la plaga de lesiones de ligamento cruzado? ¿Y las relaciones sexuales? "Nos planteamos incluso eso", asegura Luis Tárrega, médico del Castellón, responsable, junto a su colega del Villarreal, Juan Albors, de elaborar un completísimo formulario para conocer las causas de la epidemia de roturas en la Liga (17 en 12 jornadas).
La Asociación Española de Médicos de Equipos de Fútbol elabora un cuestionario con cientos de variables que la próxima semana repartirá a los 40 equipos de Primera y Segunda División para completarlo con toda la información sobre cada baja. "Es una inmensa encuesta epidemiológica, está incluido todo. Hay datos personales, antecedentes de lesiones, morfología del jugador, alimentación...", cuenta Tárrega. La encuesta afina al máximo: cuántos tacos tienen las botas, si son cuadrados o redondos, de metal o plástico, de qué marca es la bota, el número de pie; si el campo está duro o blando; qué ha comido el jugador, si toma glucosa antes del partido o proteínas; en qué minuto se ha lesionado; cómo apoya el pie; si se entrena en el gimnasio o fuera, cuántas horas... Hasta los cambios bruscos de temperatura y la vida íntima de los futbolistas.
"Vamos a conocer a fondo cada una de las 17 lesiones de ligamento de la Liga", asegura Albors. Los dos médicos ofrecerán el lunes el cuestionario en blanco al presidente de la Asociación, César Cobián, médico del Deportivo, que lo consultará "con los mejores especialistas de España" antes de enviarlo a los clubes. "Tenemos muchas ideas", dice Albors. El punto de partida ha sido el estudio de González De Suso, médico del fútbol base de la Federación Española, que este año analizó las lesiones de ligamento cruzado. "Esta plaga no es normal. Se habla de la fatiga muscular y psicológica de los jugadores, pero entonces... ¿cómo estarán en junio?", se pregunta Tárrega.
El Valencia, con cinco lesiones de ligamento cruzado, tendrá trabajo extra con los formularios. La plantilla acabó ayer el entrenamiento sin que ningún jugador cayera fulminado. Y ya es noticia, después de que cada día de ejercicio de esta semana el técnico perdiera a un futbolista. Quique respiró y antes de viajar a Huelva, para medirse hoy al Recreativo, admitió que la psicosis se ha instalado en el vestuario. "El grupo está enfermo. El jugador piensa que puede ser el siguiente en caer", aseguró. "Y hasta yo me negativizo. Los lunes juego con los amigos y pienso que también me voy a lesionar. Mi mente no está totalmente sana", admitió.
Sólo ocho jugadores de la plantilla, incluidos los tres porteros, han superado el primer tercio de la temporada sin ninguna lesión. "No es mala suerte. Quizás algunas rodillas no están preparadas para tanto esfuerzo", apunta el traumatólogo Enrique Gastaldi, que ha operado a Gavilán, Nihat y Regueiro. El miedo, mientras, crece entre los jugadores. "Cuando un deportista ve a su alrededor muchas lesiones, se le despierta una sensibilidad o temor especial, es una respuesta lógica", explica el psicólogo deportivo José Carrascosa. "Todo lo que pasa por la cabeza tiene su reacción a nivel muscular y eso lleva a que sea más fácil lesionarse. Aparecen la ansiedad y el estrés, y por lo tanto aumenta la tensión del cuerpo", añade Carrascosa.
Quique ha completado la convocatoria para Huelva con cuatro canteranos -Cerra, Pallardó, Guerra y Pablo-, mientras trata de recuperar psicológicamente a Baraja, que lesionó a Regueiro. "Está hecho polvo", afirmó. La plantilla, por si acaso, está entre algodones. "Hay nervios", dijo Silva, "estamos un poco asustados".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.