El credo del capitán
No picaré en el cebo de la vida,
turbio nombre que Dios puso a la muerte;
la farsa de la historia, de la suerte,
me pilla con la máscara vestida,
y la naturaleza, esa homicida,
de tanto aporrearme, se ha hecho inerte.
Naturaleza, historia y Dios, Reverte,
no harán que me desangre por su herida.
En nadie creo ya, en nadie espero,
y no me amo yo más que a otro del hato.
Guardo la compostura, veo y río,
O si acaso desprecio... Nada quiero.
Sólo matar el tiempo en quienes mato,
batiendo el ala triste del hastío.
-Esto habló un capitán, hombre de chapa,
tiró la copa y se terció la capa.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.