Gibraltar aprueba su nueva Constitución con un fuerte descenso en la participación
La afluencia a las urnas fue del 60,41%, cuando en la consulta de 2002 superó el 87%
La nueva Constitución de Gibraltar, que reforma la de 1969, fue aprobada ayer con un 60,2% de los votos en referéndum, pero no levanta grandes pasiones entre la población de la colonia. Al menos es lo que se deduce de la participación, que se quedó en el 60,41%. Esta cifra representa un descenso de 27,5 puntos respecto a la anterior consulta popular, celebrada en 2002 y en la que se preguntó a los gibraltareños sobre la cosoberanía del Peñón que negociaban el Reino Unido y España y que provocó un fuerte rechazo entre la población. Ayer se acercaron a las urnas 12.119 gibraltareños.
Los resultados definitivos, dados a conocer pasada la una y media de la madrugada por la Oficina del Referéndum, arrojaron un total de 7.299 votos (el 60,24%) a favor del nuevo texto y 4.574 (el 37,75%) en contra. La pregunta a la que tenían que responder los gibraltareños en las papeletas era: "¿En ejercicio de su derecho a la autodeterminación, ¿aprueba y acepta la nueva Constitución para Gibraltar?".
En la consulta del 7 de noviembre de 2002, en la que el Peñón se opuso a la soberanía compartida entre España y Reino Unido, la participación fue del 87,92%. Ayer votaron un total de 12.127 personas, el 60,41% del censo, que se eleva a 19.936 electores. Esta merma en la afluencia a las urnas se justifica con el poco interés despertado por el nuevo texto constitucional, ya que, a pesar de otorgar mayor independencia al Gobierno gibraltareño y al sistema judicial de la Roca respecto del Reino Unido, no se incluye ningún cambio respecto a la relación de este territorio con la metrópoli.
La jornada estuvo presidida por la normalidad. Los estudiantes acudieron a clase en los colegios. Main Street, la calle principal de la ciudad, conservó su masivo flujo de visitantes y el paso fronterizo que separa Gibraltar de La Línea de la Concepción (Cádiz) mantuvo ciertas retenciones de tráfico en los accesos a la colonia.
"Autodeterminación"
Sólo el discurso procedente de la megafonía de un vehículo perteneciente a un partido político minoritario, que pedía el voto negativo en el referéndum, y el reparto de pasquines que en la zona próxima a Convent Place (la sede del Gobierno) hacían algunas personas que reclamaban el respaldo a la nueva Constitución, daban cierto carácter político a la jornada. Los casi 50 periodistas acreditados para ofrecer información sobre la consulta se veían salpicados en un paisaje entre londinense y gaditano, buscando testimonios entre quienes habían ejercido su derecho al voto.
Fue el caso de los líderes políticos. Peter Caruana, ministro principal de Gibraltar, que acudió a votar junto a su esposa y tras ejercer su derecho señaló que "el voto de los gibraltareños será el que refleje la voluntad y el deseo de este pueblo". "Creo que el pueblo va a aceptar esta Constitución que es buena para su progreso y van a decir que sí", añadió el ministro principal antes de acusar a la oposición de realizar "una campaña de desinformación que el pueblo va a superar y a aceptar, para avanzar constitucionalmente". Caruana apostilló que "Gibraltar no busca ni opta a la independencia, sino a la autodeterminación".
Minutos antes de que el ministro principal saliese del colegio número 5, el Gibraltar Youth Center, introducía su voto secreto en la urna del Senior Citizens Social Club el líder de la oposición laborista, Joe Bossano. Para el que fuese ministro principal del Peñón y líder de la oposición gibraltareña, no se ha sabido dar a este referéndum la trascendencia que en realidad tiene y por eso considera que "la consulta ha nacido mal". "Si aceptar la Constitución significa poner fin a 300 años de colonialismo, la gente debería estar ya bailando por las calles y yo no veo a nadie", manifestó el líder laborista que no siente la seguridad de estar presenciando la descolonización que reivindica.
Naciones Unidas
"Si hoy [por ayer] sale aprobada la Constitución, iremos a las Naciones Unidas, diremos que Inglaterra nos dijo que estábamos descolonizados y preguntaremos por qué habla con España", señaló Bossano después de votar. "Si sale rechazada, lo que Inglaterra ha ofrecido ya no lo puede retirar por lo que diremos que el pueblo no la quiere porque la nueva Constitución no se acerca suficientemente a la independencia y, por tanto, hay que entender que los gibraltareños queremos más", añadió.
Pasadas las diez de la noche, ya concluida la votación, el John Mackintosh Hall comenzó a vivir la típica ebullición de las jornadas electorales. Una a una fueron llegando, precintadas, cada una de las 14 urnas que recogieron los votos en los distintos colegios electorales y en los centros de mayores, a los que dos unidades móviles acudieron urna en mano.
Hasta 70 personas se encargaron del recuento que, una vez más, al igual que en otras ocasiones, se hizo de forma manual y bajo la supervisión de los numerosos observadores nombrados por parte de los distintos partidos políticos, ya que ésta ha sido la primera consulta celebrada en Gibraltar sin que existiesen observadores internacionales. Otra de las cuestiones que se han saludado de forma satisfactoria por los gibraltareños.
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