Cannobio alivia la presión en Balaídos

Un gol de Canobbio en los últimos minutos salvó al Celta de despedirse de la competición europea. Hasta ese momento, todo pintaba como un empate que dejaría el pase a la siguiente fase a expensas de ganar en Palermo. Ahora el partido contra los italianos se podrá jugar con menos presión, por la posición dentro del grupo y por haber ganado, por fin, en Balaídos.

El Fenerbahçe empleó con el Celta la misma receta que los vigueses usan cuando ganan partidos esta temporada: el contragolpe. El cuadro dirigido por Zico practica un juego duro pero con mucho nervio para el contragolpe. Aunque la mayor parte del choque se celebró en el campo de los turcos, sus ocasiones fueron un serio aviso de gol, desde un penalti que paró Esteban hasta un disparo de Tuncay que el central Tamas salvó cuando el balón ya había superado al meta céltico.

En esta ocasión, el Celta se empleó a fondo y no se reservó para el tramo final. Aunque desperdició varias faltas que lanzó desde la frontal, los tiros de peligro se repartieron más de lo habitual. La mitad de los jugadores del Celta llegaron a causar peligro directo a la portería de Demirel.

La banda izquierda estuvo ocupada de punta a punta por Appiah, un muro con piernas rápidas que tanto defiende como ataca y dispara al primer palo. Por ahí no se podía pasar. Así que los celestes convirtieron su margen derecho en un puente aéreo en el que se gestaron todas las jugadas de peligro. La entrada de Gustavo López, por lesión de Ángel, avivó el viaje a babor del ataque vigués. Dos zurdos, Canobbio y Gustavo, fueron los que más atacaron. Así llegó el gol de falta.