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Reportaje:Fútbol | Copa de la UEFA

La paradoja de Vázquez

El técnico español más visceral no logra contagiar su furia al Celta en Balaídos

Pinto, el portero titular del Celta, se sube por las paredes de desesperación a causa de los despistes de su defensa en los ataques a balón parado. Son fallos de concentración que se han pagado con puntos en la clasificación liguera. Un rasgo se agudiza en Balaídos, donde el Celta sólo ha ganado al Valencia en toda la temporada, ya que, en cambio, como visitante, el cuadro vigués es devastador: el mejor, junto al Barça. A casi 90 metros de Pinto, en el otro extremo del campo, el delantero Baiano hierve de tensión porque casi no recibe balones y se tiene que agenciar sus jugadas. No es la primera vez que debe retrasarse hasta la mismísima línea de los pivotes para recuperar la pelota o iniciar un contragolpe. Entonces, ¿qué hacen los que están en medio?

En ese pedazo de hectómetro que dista entre Pinto y Baiano, los dos más motivados en los últimos partidos del Celta, se extiende un marasmo de jugadores que, en conjunto, suben el balón con exquisitez, pero que evidencian un problema de motivacion, de concentración, de tensión. Incluso en el mencionado encuentro contra el Valencia, los de Quique Flores metieron dos goles propiciados por fallos de atención de la defensa celeste. Luego, los locales se anotaron tres tantos.

Éste es el debate que se plantea la afición del equipo gallego, que ve cómo rezuma de calidad técnica, pero saca su furia en dosis minúsculas. Esto es una suerte de personalidad ciclotímica. A veces, el reactivo llega cuando falta un cuarto de hora para el final del partido, pero hasta ese momento se han perdido balones o ha faltado concentración para defender un saque de esquina. La rabia está llegando, jornada tras jornada, demasiado tarde.

El entrenador, Fernando Vázquez, tiene un estilo de juego que se fundamenta en el control del balón y el pase próximo, con un avance progresivo hasta cercar al rival, pero no ha sido capaz de resolver los problemas de mentalización de los suyos. Por lo general, un balón dividido o una defensa ante un centro se ganan más gracias a la mentalización, al convencimiento, que por exhibiciones con el tacón y eso es algo a lo que todavía no ha dado respuesta el técnico gallego.

Incluso se da la paradoja de que Vázquez es el entrenador español que más evidencia su visceralidad y su carácter. Las sanciones de los árbitros por su efusividad y su gestualidad le han dado fama de polémico, aunque él sostiene que son impulsos de emoción desatada sin ánimo de ofender a los colegiados. Una euforia que no ha contagiado, sin embargo, a algunos de sus titulares.

Los vigueses, que en la competición europea también han desperdiciado oportunidades claras para ganar partidos, tendrán que ganar hoy al Fenerbahçe, turco, entrenado por el mítico genio brasileño Zico, si quieren mantener sus posibilidades en la Copa de la UEFA.

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