Rajoy reconoce que el libro de Aguirre es una ayuda para el PSOE
El líder del PP dice que recordó a Romanones y su "¡Joder, qué tropa!" al conocer la polémica
Frente a la tormenta, retranca gallega. Mariano Rajoy se enfrentó ayer al papelón de tener que presentar la biografía de Esperanza Aguirre, en la que descalifica a Alberto Ruiz-Gallardón y pone en cuestión la información sobre encuestas dada por Javier Arenas. Rajoy tiró de ironía para lanzar sus mensajes, incluso cuando admitió que el libro había supuesto una "injusta ayuda editorial" para el PSOE en el mejor momento del PP, al menos según el CIS.
La enorme sala de un hotel del paseo de la Castellana preparada para un acto normalmente poco concurrido como la presentación de un libro político estaba desbordada. Todos querían escuchar a la presidenta de la Comunidad de Madrid -el alcalde decidió no acudir, al igual que hicieron la mayoría de sus concejales, incluida Ana Botella- pero sobre todo a Rajoy. Aparentemente tenía que decidirse por uno de los dos contendientes, pero optó por reírse de todo y de todos, empezando por él mismo.
No por eso dejó de lanzar todos los mensajes internos necesarios y demostrar que el libro no le ha hecho ninguna gracia. Con el auditorio ya entregado a la carcajada soltó la frase de más peso político: "Cuando todos, hasta los que hablan para el CIS, ya se habían dado cuenta de que el rey está desnudo, y no lo digo por su Majestad [sino por el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero], éste recibió una injusta ayuda editorial de la providencia, que está en deuda conmigo, porque yo soy creyente, no como el presidente, que sólo cree en su santidad don Pepe Blanco [número dos del PSOE]".
Ahí estaba dejando claro en público lo que muchos dirigentes confiesan en privado: que esta polémica entre sus dos principales valores en Madrid ha llegado precisamente en el peor momento, a pocos meses de las elecciones y cuando el PP se recuperaba en las encuestas. "Estoy mejor que nunca", había dicho poco antes Rajoy.
El líder tenía ganas de juerga para aliviar la tensión interna de los últimos días, y lo dejó claro desde el principio. Sobre todo cuando narró cómo recibió la noticia de la publicación de un libro en el que Aguirre acusa a Gallardón de desleal, de conocer de antemano el tamayazo (la fuga de dos diputados socialistas que dejó al PSOE sin Gobierno en la Comunidad de Madrid), de progre, de creerse Dios, de histérico o de saltarse la ley en 2003 para ser presidente interino y alcalde durante meses. Rajoy confesó al público que cuando le contaron lo que había pasado estaba en su despacho en el Congreso, salió "aturullado", topó con el busto del Conde de Romanones y se acordó de una de sus frases más conocidas: "¡Joder qué tropa!", Claro que él se refería a sus compañeros de partido.
La victoria de la pluralidad
Enfrascado en su particular versión de un monólogo del Club de la Comedia, con el público en sus manos, Rajoy se iba gustando cada vez más. Hasta asumió que la pluralidad y la discrepancia interna, un concepto hasta hace poco tabú en el PP, les va a llevar a ganar las elecciones. "Somos como la redacción de un periódico. Hay una línea editorial, pero se puede discrepar... ¡supongo! Somos humanos. Mejorables. Con algunos pecadillos. Como ustedes, con perdón. Y como somos como todos los demás, ganaremos las elecciones".
Mucho más en serio que Rajoy, Esperanza Aguirre había presentado su biografía autorizada (La presidenta, de Virginia Drake) sin citar al principal aludido y ausente ayer, Alberto Ruiz-Gallardón, a quien ya pidió disculpas en persona el viernes. Pero sí aprovechó para pedir perdón por otra frase del libro: la que sentencia que no puede llegar a fin de mes con su sueldo. "Pido disculpas a cuantas personas se hayan sentido ofendidas por la referencia a mis atribuciones. Como se ve en el libro, lo que ha trascendido no responde a mi pensamiento. Se ha entresacado una frase desafortunada. Pero pido disculpas", señaló entre grandes aplausos. A Rajoy, que a pesar de la polémica presentó el libro, le lanzó grandes piropos por su "liderazgo siempre inteligente y mesurado".
Tan entregado estaba el público, que Rajoy logró que aplaudieran incluso su alabanza a Gallardón, enemigo público número uno del ala derecha del PP. Claro que aún palmearon más cuando dijo que Aguirre es uno de los activos más importantes de la vida política aunque, aclaró, "no es perfecta". El líder del PP desmintió además que Javier Arenas, como se dice en el libro, hubiera falseado una encuesta en la que Aguirre sacaba mejor resultado en la capital que Gallardón. "Arenas jamás ocultó nada a nadie", dijo.
Gallardón prometió por la mañana no vengar la afrenta: "No me gusta la venganza. Hace mucho más daño a quien la ejerce que a aquél al que va dirigida. Intento comportarme como un caballero".
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