El Getafe se pierde sin Schuster
Abbondanzieri, con su técnico sancionado, frena las ocasiones de un Levante más atrevido
Fue desaparecer Bernd Schuster del banco, relegado al ostracismo, en una cabina de radio, cumpliendo el partido de sanción por insultar a un árbitro, y perder el Getafe el norte. Mascó el balón, controló el juego, pero las ocasiones del Levante fueron infinitamente superiores. La impresión fue que los chicos aplicados y bien enseñados del Getafe hicieron pellas
con Manolo Ruiz, el segundo del preparador germano. Ni caso al profesor sustituto.
Lástima para el cuadro de López Caro que enfrente anduviera Abbondanzieri. El meta de la selección argentina continúa sin consentir un gol en el coso de Getafe. Ayer volvió por sus fueros, después del tanto que se hizo en propia puerta en Vila-real, y metió una mano de escándalo a Carmelo. El testarazo, abajo y picado, encontró respuesta en la manopla derecha.
GETAFE 0 - LEVANTE 0
Getafe: Abbondanzieri; Cortés, Belenguer, Alexis, Paredes; Celestini, Casquero; Redondo (Mario Cotelo, m. 64), Manu del Moral, Nacho (Güiza, m. 79); y Pachón (Sousa, m. 64). No utilizados: Luis García; Contra, Pulido, Licht y Alberto.
Levante: Molina; Descarga, Dehu, Alexis, Rubiales; Carmelo (Éttien, m. 79), Camacho, Berson, Courtois; Nino y Meyong Ze (Riga, m. 74). No utilizados: Cavallero; Ze María, Tommasi, Robert y Liyundula.
Árbitro: Pino Zamorano. Amonestó a Camacho, Nacho, Courtois y Güiza.
Unos 10.000 espectadores en el Coliseum Alfonso Pérez.
El Levante tuvo más mordiente, y eso que Kapo se había caído de la convocatoria por una lumbalgia. A Pachón le costaba fabricar las ocasiones. Tanto que el primer disparo del Getafe fue de Casquero, ya con el descanso en el cogote. La pelota se fue a las nubes y Casquero, por un momento, recordó al inglés Wilkinson, el mejor pateador de Inglaterra. Sólo que juega al rugby, claro.
Salvo alguna carrera de Manu del Moral, que desde que se salió contra el Madrid ha perdido lustre, y un par de centros de Mario Cotelo, la portería granota no pasó apuros. Molina no tuvo que intervenir en ninguna jugada de mérito. Más complejos hubo en la zaga madrileña. Los nervios saltaron cuando Belenguer se fio de su fama de central solvente y cedió el cuero a su arquero. Nino, avizor como un cormorán, buscó la cuadratura del círculo con una vaselina. Abbondanzieri, con muchas tablas y más arrestos, no dio tiempo ni a que prácticamente empezara la parábola. Más pegada tuvo Alexis, el del Levante, que probó al portero media docena de veces.
El duelo fue tan soso que nadie mejor que el propio Schuster para definirlo: "Ha sido tan malo que no quiero verlo ni en los reportajes: Hay que quemar la cinta".
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