El decano de la Gran Guerra
Muere a los 111 años el más viejo de los ex combatientes de EE UU en la I Guerra Mundial
De los cerca de cinco millones de soldados estadounidenses que lucharon en la I Guerra Mundial apenas quedaban vivos 25, según el Departamento de Veteranos de EE UU. La muerte el pasado domingo de Ernest Charles Pusey en Bradenton (Florida) rebajó esa cifra, según informó la noche del viernes el citado departamento. Pusey tenía 111 años y era el más viejo de los combatientes en la I Guerra Mundial aún con vida en Estados Unidos. También estaba considerado el tercer hombre más longevo del planeta. Pusey moría poco más de una semana después de que el gobernador de Florida, Jeb Bush, le diera en mano la Medalla de la Victoria, justo 24 horas antes de la fiesta del Día del Veterano.
Para su último cumpleaños, Pusey invitó a bailarinas de danza del vientre
"Me entristeció profundamente saber de la muerte del señor Pusey. Fue un privilegio conocerle", aseguró ayer a la agencia Associated Press el gobernador de Florida. "No deberíamos olvidarle, ni a él ni a otros veteranos, quienes sacrificaron mucho por este país", finalizó Bush.
Pusey no recordaba haber recibido ninguna medalla tras el final de la Gran Guerra en Europa, ni nadie de su familia tenía constancia de ello por lo que se le volvió a conceder ese honor. Durante la ceremonia de entrega en su caravana -Pusey decidió hace algún tiempo abandonar la residencia de ancianos pues no se sentía ni cómodo ni libre-, el veterano le habló al gobernador Bush de sus tiempos a bordo del buque Wyoming durante la guerra y de "todas las paradas en distintas ciudades" que realizaron a lo largo de la guerra. Una foto en blanco y negro del acorazado colgaba de la pared de su caravana cerca de una carta enmarcada con las felicitaciones del presidente George W. Bush. A su lado, Pusey colgó la medalla. El viernes, Pusey recibió un homenaje póstumo, con honores militares incluidos, en una funeraria cercana a su residencia, según informó el diario Herald Today de Bradenton.
Nacido en 1895 en Washington, Pusey se alistó en la Armada en 1917 y pasó gran parte de la guerra patrullando aguas británicas. De vuelta a EE UU, el veterano trabajó en Michigan para General Motors, antes de mudarse a Florida en 1960. Amaba ir de pesca los domingos. También le gustaban las mujeres. Para el día de su 111 cumpleaños, Pusey invitó a unas bailarinas para que realizaran la danza del vientre en su presencia y la de sus invitados, según informó Herald Today. "Sin duda alguna amaba la vida", declaró Rose Barton, quien fue su enfermera los últimos 15 años de su vida. "Ernie", como le llamaba todo el mundo, "vivió la vida hasta el último minuto". Barton ayudaba al anciano a preparar sus salidas de pesca. "Echaré de menos todo eso", declaró a los medios locales la señora Barton. "Fue un placer conocerle". "Cuando se iba a dormir su siesta diaria, me preguntaba: 'Rose, ¿Crees que podré acabar mi siesta?'. Yo le decía: Ernie, estoy segura de que sí. Eres un tipo duro", recordó la enfermera.
Enviudó dos veces y hoy le sobreviven cuatro nietos y 10 bisnietos "No sé si tenía un secreto para su longevidad", declaró Craig Pusey, uno de sus nietos, "pero si lo tenía, nunca nos lo contó", puntualizó. "Cada año, le veía en el parque, con su andador, y me decía a mí misma: '¡Ahí sigue todavía!", declaró Pauline Jenner a una televisión local, sorprendida de la larga vida que gozó su vecino.
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