Ni agua para el Gobierno
El PP no prevé ningún escenario que le lleve a un cambio de actitud
E l Partido Popular no piensa modificar en lo más mínimo su posición respecto a los contactos del Gobierno o del PSOE con ETA o Batasuna, pase lo que pase, según aseguran en medios próximos a la dirección del PP. "No existirá ningún acercamiento real. Nuestra posición es que el Gobierno haga lo que tenga que hacer, sin esperar nada de nosotros. Obviamente, si el PSOE cortara los contactos, no le íbamos a criticar. Pero creemos que no hay a la vista ningún escenario que nos haga cambiar de actitud", explica un dirigente popular.
"No veo ningún escenario que nos lleve a matizar nuestra postura en este asunto", coincide otro diputado próximo a la dirección. "Para nosotros, y según vayan ocurriendo las cosas, el Gobierno comete, ha cometido o sigue cometiendo una gran equivocación. Cambia el tiempo verbal, eso es todo", resume. "En este asunto, por nuestra parte, todo está ya descontado. No queda recorrido para ningún tanteo".
En relación con el proceso de paz, los populares dicen que, por su parte, todo está ya descontado y que no hay recorrido para un acercamiento con el PSOE
Según el análisis de los responsables del PP, el hecho de que el Gobierno siga "absorbido" por el tema de ETA y no consiga introducir otros asuntos en la agenda política constituye una auténtica ventaja para los populares. Desde su punto de vista, el Gobierno consume todas sus energías en los avatares del proceso de negociación, y eso le produce un "bloqueo" en otros campos de la política que beneficia a la oposición. "No consiguen llevar el debate a la economía, como querrían", se alegran en el grupo parlamentario popular, muy poco dado, ahora, a plantear grandes debates sobre la marcha económica del país. "No tenemos ninguna intención de provocar debates sobre esos temas. A nosotros nos interesa hablar de modelo territorial, inseguridad e inmigración, los asuntos que pueden contribuir a deteriorar la imagen del Gobierno", reconoce un destacado parlamentario. "Y de eso hablaremos según se vaya acercando la campaña electoral".
El PP cree que las elecciones municipales constituirán un momento especialmente sensible para el Gobierno. Si Batasuna no ha aceptado pasar por la ventanilla y buscar su legalización con otras siglas, lo más probable es que intente recuperar su papel político municipal a través de agrupaciones de electores o del Partido Comunista de las Tierras Vascas. Eso querría decir que el Gobierno tendría unos 30 días para movilizar a la policía, la Guardia Civil y la fiscalía para recopilar toda la información disponible sobre todas y cada una de esas candidaturas, a fin de instar, de acuerdo con la ley, la anulación de aquellas de las que se demuestre alguna relación presente o pasada con la ilegal Batasuna. El PP reconoce que es una tarea difícil, pero anuncia que no dará ni el menor respiro al Gobierno. "Aunque lo más probable es que para entonces, antes de marzo, ya se sepa el futuro de todo el proceso", admite el parlamentario aludido.
Críticas a Esperanza Aguirre
La última encuesta del CIS, según la cual el PSOE se encuentra a sólo 1,4 puntos del PP en intención de voto, ha dado oxígeno a la dirección popular. Los sondeos siguen revelando una importante diferencia de popularidad entre José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy. "Ésa es nuestra principal preocupación", admite un responsable autonómico del PP. "En las elecciones municipales necesitaremos el tirón del líder nacional; la recuperación de la imagen del presidente del partido es ahora más importante que nunca", asegura.
Desde el punto de vista interno, lo que más preocupa al PP es el recrudecimiento de la batalla entre la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y el alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón. Muchos creen que las elecciones madrileñas son las que finalmente simbolizan la victoria en unas elecciones municipales. "El PP se juega mucho en las elecciones de mayo porque las tenemos que poder presentar como unas primarias, el primer paso hacia las generales de 2008. No podemos perder ni la alcaldía de Madrid ni la comunidad, y todo lo que sean peleas internas entre Aguirre y Gallardón sólo ayuda a restarnos votos a nosotros mismos. Es una estupidez", aseguran sin pelos en la lengua en la dirección nacional del PP. Por una vez, parece que Aguirre levanta más críticas que Gallardón en la sede de la calle de Génova. El único que no sale perjudicado de este incidente es el propio Mariano Rajoy, comenta con ironía un diputado próximo al presidente del Partido Popular. "Lo único que queda demostrado es que Aguirre no podría dirigir el PP, porque no es capaz de representar al conjunto de la organización ni de poner los intereses del PP por encima de los suyos".
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