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Columna
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Madrid SMS

Manuel Rivas

Supo que era ella. En la mañana del sábado, a Alberto Ruiz-Gallardón le sobresaltó la vibración animal del móvil de tercera generación que le avisaba de un nuevo SMS. Por la noche, había tenido una pesadilla. Estaba en Telemadrid, en el programa de libros de Sánchez Dragó, atado a una silla y amordazado, mientras los invitados debatían, todos apasionadamente de acuerdo, sobre el entrañable parecido entre ella y la reina de Inglaterra en la película de Stephen Frears. La biografía de Esperanza Aguirre se titulaba La presidenta, pero en el programa se empeñaban en hablar de The Queen. Es más, The Queen of Madrid. A Gallardón le gustaría intervenir en ese momento: "¡Sólo se parecen cuando están ofuscadas!". Pero quien tenía la palabra estaba desarrollando la teoría de los bolsos. "Ella no tiene cetro", decía un filósofo invitado, que había pasado del nihilismo al esperancismo de derechas, "pero lleva el bolso exactamente igual que la reina".

-¿Y cómo llevan el bolso? -preguntó oblicuo Dragó.

-Con una distinción disuasoria. El bolso que mantiene a raya.

Ahí sí que estaba de acuerdo Gallardón. El bolso de Aguirre era en realidad un arma. Sólo contenía un móvil, a la manera en que algunos personajes del Oeste guardaban un revólver en una Biblia ahuecada. Mientras sonreía, su mano en el interior del bolso lanzaba SMS con la destreza adolescente de una guerrera virtual. Y lo más temible es que lo había elegido como objetivo. Al principio, le divertían: "Cuando soy buena soy muy buena, pero cuando soy mala soy mejor". Y él contestaba: "Lo que quita el frío, quita la calor". Los velocísimos dedos de Aguirre eran mucho más ingeniosos que los labios. En segundos le llegó la respuesta: "Te veo entrando en esa categoría en que las cosas están libres de la molesta condición de ser útiles". El alcalde intentó un colofón humorístico: "La banda atacó el Himno de Madrid, que se defendió bien".

Firmaron las paces. Hasta hoy: "La clave está en la conjetura de Poincaré". Gallardón buscó información para descifrar aquel enigmático SMS. ¿Qué significa la conjetura de Poincaré? "Todo lo que parece una esfera es una esfera". Y el alcalde entendió perfectamente el mensaje final de la presidenta: "Todo lo que parece una guerra es una guerra".

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