"Bienvenido a bordo"

Lo decía Unai Basurko, el único español que participa en la Vuelta al Mundo de vela en solitario: "Si pasa algo, lo más probable es que sea un competidor quien te rescate". El británico Alex Thomson, uno de los favoritos, también lo sabía, pero no esperaba que fuera a ser uno de los protagonistas. Su compatriota Mike Golding le rescató ayer en el Atlántico Sur, a mil millas de Ciudad del Cabo (Suráfrica), después de que vientos australes de 30 nudos destruyesen la quilla de su barco, el Hugo Boss.

Thomson y Golding navegaban casi a la par, luchando por reducir la distancia de poco más de 500 millas que les separaba del líder, el suizo Bernard Stamm. "Había algunas olas, pero el mar parecía tranquilo", comentó Thomson después. Sin embargo, en la noche del jueves al viernes se despertaron ráfagas de viento extremo, aderezadas con frío y lluvia, procedentes del Antártico. "Me encontraba en la litera, durmiendo un ratito. De repente, salí volando por la cabina y descubrí que el barco se había volcado hacia un lado", explicó Thomson.

El británico pugnó por reparar la avería, pero los daños de la quilla eran demasiado severos. Y solicitó ayuda. Golding no lo dudó: "Así es esta regata. Es un código no escrito ayudar a un rival o a cualquiera que esté en peligro en esos momentos". Golding, de 46 años, condujo su Ecover hasta la posición de Thomson, un marino de 32 apodado The Maverick (El Inconformista).

Hasta cuatro intentos acometió Golding para rescatar a Thomson, que había canjeado su exuberante velero por una modesta lancha. "Bienvenido a bordo", le saludó. Thomson se emocionó. "Me puse a llorar mientras veía mi barco alejarse. Sólo es un barco, pero ha estado conmigo durante tres años", explicó. Ahora viaja con Golding en dirección a Fremantle (Australia), primera escala de la Velux 5 Oceans. No podrá ayudarle, ya que Golding sería sancionado. El rescatador, no obstante, será recompensado en tiempo por la organización de la regata.