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Investidura del presidente de la Generalitat

Rivera reclama una aplicación más laxa de las políticas lingüísticas

El joven abogado y presidente del partido antinacionalista catalán Ciutadans-Partido de la Ciudadanía (C-PC), Albert Rivera, se estrenó ayer como orador en el Parlament en la réplica de su formación al discurso de investidura de José Montilla reclamando una aplicación más laxa de la Ley de Política Lingüística.

Entre otras medidas, exigió la eliminación de las sanciones a los comercios que no rotulan en catalán y de los programas escolares de inmersión lingüística, es decir, que el catalán no sea la lengua vehicular. Solicitó también que los medios de comunicación públicos emitan programas en castellano, en virtud de la "pluralidad" de la sociedad catalana.

Algo nervioso por la solemnidad de la ocasión, cargó contra el nuevo presidente de la Generalitat por carecer de "crédito político" al haber tomado como hoja de ruta del programa de Gobierno de la Entesa el legado del Pacto del Tinell y la obra llevada a cabo por el Ejecutivo de Pasqual Maragall, que calificó de "una de las peores etapas de la historia de Cataluña". Arañando donde duele, Rivera citó algunos de los episodios más polémicos del antiguo tripartito -el hundimiento del túnel del Carmel; el viaje de Carod-Rovira a Perpinyà; el 3%, y la expusión de ERC del Gobierno por defender el no al Estatuto-, al que culpó de la apatía ciudadana respecto a la política que se tradujo en una baja participación en las últimas citas electorales.

Desde su formación, C-PC no dejó de atacar al tripartito por situar el debate identitario "por encima" de las políticas sociales. Y a pesar de que Montilla reiteró en la hora y media que duró su discurso que apostaba firmemente por un patriotismo social sin proclamas identitarias y por un amplio paquete de medidas sociales, a Rivera no le pareció suficiente para investir al primer secretario del PSC.

Intervención en castellano

El presidente de C-PC convirtió en eje de su intervención la necesidad de superar el "enfrentamiento" entre Cataluña y el resto de España. Sorprendentemente, no dejó de repetir que la lengua y la cuestión identitaria "no preocupan" a los ciudadanos. Con tanta insistencia en la cuestión lingüística, Rivera no se dio cuenta de que le estaba poniendo en bandeja a Montilla su contraataque y el nuevo presidente contestó sin titubeos: "Precisamente ha sido usted quien más se ha extendido en este tema. Quizá no interese tanto a los ciudadanos, pero por lo visto sí a Ciutadans", observación que arrancó carcajadas a la mayoría de los diputados.

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Rivera pronunció su discurso en castellano, algo que no es habitual pero tampoco excepcional en el hemiciclo. De hecho, ya lo utilizaron diputados del Partido Popular, del Partido Andalucista en la primera legislatura y en esta última la socialista Manuela de Madre.

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