"Los hombres han tenido discriminación positiva 8.000 años"

El canadiense Michael Kaufman, de 55 años, es escritor y experto en temas de género desde hace más de cinco lustros. Se le conoce por ser el impulsor de la campaña del lazo blanco contra la violencia masculina. Los trabajos de Kaufman, que ha participado en un encuentro de género del Ayuntamiento de Jerez, son requeridos por la ONU.

Pregunta. ¿Cuál es el camino a seguir para tratar de erradicar la violencia de género?

Respuesta. La mayoría de los hombres, con su silencio, son cómplices de la situación y contribuyen a que se perpetúe. Los hombres, no como colectivo culpable, deben examinar su comportamiento y ser ejemplo ante sus hijos. A los varones deben enseñarles a respetar a las mujeres y a no usar la violencia nunca. A las chicas, deben darles ejemplo para que cuando crezcan sólo estén con quienes las respeten.

P. ¿Las instituciones deben trabajar para favorecer la discriminación positiva?

R. Durante 8.000 años ha habido discriminación positiva a favor de los hombres. Ahora es lógico que haya una acción positiva hacia las mujeres, ya que es el camino para alcanzar el equilibrio. Esta acción positiva, desde luego, es una de las vías para reequilibrar la situación.

P. ¿Cómo encaja el feminismo en esta batalla contra la violencia de género?

R. Las asociaciones feministas fueron las primeras en denunciar que la violencia machista vulnera los derechos humanos de las mujeres. Sin el movimiento feminista no habríamos llegado hasta donde estamos.

P. Y, ¿dónde estamos? No está muy claro si hay más casos de violencia o es que las mujeres denuncian más a sus agresores.

R. Hay mucho que hacer. Las estadísticas apuntan que una de cada cuatro mujeres en el mundo ha sido golpeada por su pareja alguna vez en su vida y que una de cada cinco ha sido víctima de agresiones sexuales. En general, cuando se aprueban leyes nuevas contra esta violencia se incrementan las denuncias porque las víctimas se sienten más protegidas. Sin embargo, con el tiempo las cifras se estabilizan y los estudios hechos en varios países confirman que progresivamente estas leyes consiguen que la violencia se reduzca.

P. En 1991 impulsó la campaña del lazo blanco que ha podido llevar a 52 países. ¿Ha contado con apoyo institucional?

R. Cuando iniciamos esta campaña estábamos solos. Las cosas ya han cambiado, pero las administraciones públicas deben alzar más la voz en contra de la violencia de género. Debe haber más formación para jueces y policías y más educación de género en las escuelas. La labor de las administraciones es fundamental.