"Fueron cinco tantos"
Van Nistelrooy, que repitió una gesta de Di Stéfano en 1957, dice que le anularon un gol válido
"Ha sido como un partido en Inglaterra", dijo Van Nistelrooy, empapado de la humedad de Euskadi y del fragor de las viejas gradas de El Sadar como de las brumas y el ruido de los campos ingleses. La inmersión en este ambiente evocativo de su pasado en Manchester le cargó las pilas. Marcó un póker de goles en el Reyno de Navarra. Y en el fondo no le pareció suficiente. No para Van Nistelrooy, que está convencido de que hizo un quinto gol, una vaselina, que no subió al marcador porque el árbitro se lo anuló por fuera de juego. "Creo que estaba en posición legal", opinó el delantero, insaciable: "Habría sido el quinto".
El holandés hizo algo más extraño de lo que parece. No es normal meter cuatro goles en campo contrario y mucho menos que un solo hombre sea el autor de la goleada. Ni Hugo Sánchez, ni Butragueño, ni Santillana, ni Puskas, ni Ronaldo lo han conseguido. Al Madrid no le pasaba desde 1957. Ese año, el 7 de abril, en su visita a Las Palmas, Di Stéfano hizo cuatro goles. Fue la última vez. Hasta ayer.
"Lo dije tras caer contra el Celta y se confirma. Estamos jugando mejor", insiste Capello
Ayer, Van Nistelrooy recordó viejos tiempos, y no sólo por el frío húmedo del Pirineo: "Esta no fue mi primera vez. Hace dos años marqué cuatro goles en la Liga de Campeones al Sparta de Praga. Pero lo hice en Old Trafford y uno de ellos fue de penalti. Hoy [ayer] fue algo único".
Van Nistelrooy hizo cuentas. Calculó que para que se repita lo que le ocurrió contra Osasuna deben darse una serie de condiciones raras. "Primero", dijo, "hemos tenido cuatro o cinco oportunidades y han sido gol. Creo que hemos jugado muy bien. Hemos trabajado y presionado mucho y todos los balones me han llegado a mí. Eso no suele pasar. Es increíble".
"Ha sido como en Inglaterra porque el partido ha sido rápido", precisó el goleador; "ellos han jugado con mucha agresividad, de área a área. Nosotros hemos aguantado con mucha fuerza y, al final, nos hemos llevado el partido. Que haya metido cuatro goles no vale más para el equipo. Sólo son tres puntos y hay que seguir ganando".
El técnico del Madrid, Fabio Capello, aprovechó el resultado para recordar que hace una semana, con un marcador adverso, él ya avisó de que su equipo progresaba. "Ya lo dije de la segunda parte contra el Celta y hoy se ha confirmado. Estamos jugando mejor", recordó.
Capello volvió a recordar a Hegel, a Fichte o a Klinsmann, aquellos filósofos alemanes que continuamente hablaban del espíritu. El entrenador italiano no habló del espíritu absoluto hegeliano, pero no estuvo lejos de aquel intento de superación teológica. Para Capello, lo más sagrado es eso que repite en cada conferencia de prensa y en cada charla de caseta. Eso que dijo ayer y que conecta directamente lo intangible con las glándulas sudoríparas: "Hoy se ha visto un equipo, con todos corriendo, luchando, ayudándose y también sufriendo cuando ellos atacaban. Ese espíritu me ha gustado".
Capello también elogió a Van Nistelrooy, un delantero que pidió personalmente cuando llegó al Madrid. "Tiene una calidad muy alta", aseguró, "y un olfato para el gol que muy pocos jugadores poseen. Ha aprovechado muy bien las contras formidables que hemos hecho. Tanto por velocidad como por calidad. Hemos estado muy concentrados para defender y salir al ataque".
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