Detenido en Palma el jefe del grupo antiatracos por relación con 'narcos'

El inspector jefe del grupo de atracos del Cuerpo Nacional de Policía en la Comisaría de Palma de Mallorca, José Gómez Navarro, de 49 años, fue detenido ayer por su presunta complicidad con el clan de narcotraficantes locales de La Paca, radicado en el poblado marginal de Son Banya, en la periferia de Palma. Se sospecha que Gómez y su pareja pudieron beneficiarse económicamente al favorecer maniobras de los narcos, que tramaron la compra de testigos y víctimas para que no les acusaran.

La detención del inspector policial se cerró tras meses de investigaciones acerca de las posibles actividades paralelas de Gómez y de su compañera sentimental, María Ángeles, una letrada especializada en la defensa penal de delincuentes locales, que también está imputada y detenida. La Comisaría de Palma y la Jefatura de Asuntos Internos desarrollaron la operación.

Gómez, su compañera y otros colaboradores del ámbito de apoyo legal de los imputados por narcotráfico supuestamente maquinaron con los capos el silencio de testigos y pudieron filtrar información sobre el ámbito de las actuaciones de represión. Del inspector jefe se han documentado eventuales interferencias para desviar la atención en tareas de lucha contra los jefes y las actividades de la banda.

Las cantidades de dinero negro procedente la droga que se han manejado para pagos y sobornos suman cerca de 400.000 euros, según fuentes del caso. En las diligencias abiertas se sospecha que buena parte de los fondos de los sobornos pudo quedar en manos de los implicados ayer detenidos, que contaron con cooperadores en otros despachos de asesoría de Palma. Las comunicaciones de los dirigentes del clan y de los presos que dirigían los sobornos para no ser condenados estaban intervenidas.

El grupo familiar de narcos de La Paca, gran parte de cuyos miembros está en la cárcel, controla desde hace años la entrada y venta de heroína y cocaína entre consumidores marginales de la ciudad de Palma. Meses atrás varios integrantes del clan secuestraron y apalearon a un joven colaborador que se apropió de más de un millón de euros que tenían escondido en una casa de campo y que aquél tenía bajo su vigilancia. Este incidente desencadenó la alarma ente los capos implicados que operaron para salvarse de sus graves imputaciones por el secuestro y torturas.