Almudena Grandes destaca la influencia de la guerra de Irak en la vuelta a la poesía de Caballero Bonald
Las memorias del poeta jerezano José Manuel Caballero Bonald y las semblanzas dedicadas al literato centraron ayer la segunda jornada del Congreso que, en su octava edición, homenajea al autor por su 80 cumpleaños. La escritora madrileña Almudena Grandes, amiga y admiradora de Caballero Bonald, describió con emoción el retorno del pensador a la poesía.
"Cuando Caballero Bonald creía que no tenía más que decir en poesía, cuando creía que era un género acabado para él, la guerra santa contra Irak que decretó el presidente de Estados Unidos y las manifestaciones de la población civil le hicieron sentir la pasión, la vehemencia, la indignación y el escándalo que le devolvió la necesidad de escribir poesía". "Esto que acabo de contar me emocionó tanto que es casi la mejor manera que tengo de definir a Pepe Caballero Bonald", confesaba ayer la escritora Almudena Grandes, encargada de exponer una semblanza del escritor jerezano en la cita cultural.
"Y un hombre de casi 80 años volvió a la poesía", rememoraba la autora, quien no se cansó de valorar la naturalidad con la que el propio Bonald explicaba qué le había llevado a escribir su último libro Manual de infractores, que le valió al jerezano ganar hace apenas unas semanas el Premio Nacional de Poesía.
"Lo más emocionante es su capacidad de sentir, su sentimiento ético ante una realidad detestable", aseveró para calificar al homenajeado como "el personaje fundamental de la conciencia ética de los españoles".
Ni una sola vez ojeó Almudena Grandes los papeles para describir al que define como su "amigo" Caballero Bonald. "Por sus enseñanzas literarias, personales, por su coherencia moral forma parte de mi memoria que me ha enseñado a conocer". Y es que para aquella jovencilla de 28 años que escribía en 1989 su primer libro, Las edades de Lulú, Bonald es "un referente moral en el país".
En su semblanza sobre el escritor, durante la que el homenajeado se ausentó para dar libertad a los ponentes, Grandes elevó al poeta al grado de maestro de maestros. "Su gran enseñanza literaria es que ha tocado casi todos los géneros, y los ha tocado bien. Pero entre todos destaca su concepto de la memoria", señaló.
Y es que, según la madrileña, de toda la obra de Caballero Bonald de lo que más ha aprendido es de sus libros de memorias. "Es el terreno donde es más admirable y donde se ha destacado como el mejor y más importante memorialista de España", aseguró.
La escritora alabó otras cualidades de su viejo amigo y maestro como su exigencia, tanto en la escritura como en la lectura. "Caballero es muy intransigente, pero dicho en el más correcto sentido de la palabra: en la firmeza de sus principios", sentenció. Una exigencia, que según Grandes, "lo convierte, a sus 80 años, en una persona muy joven para su edad".
Otro de los grandes de la literatura española contemporánea que se ha sumado a este congreso-homenaje -al que también asistió el poeta Luis García Montero- ha sido el psiquiatra, escritor y académico gaditano Carlos Castilla del Pino, quien puso sobre la mesa de debate los límites de toda autobiografía. "En un sentido estricto hacer una autobiografía es prácticamente imposible. Nuestro pudor nos impide entrar en el terreno de nuestras fantasías y nuestros defectos". Para Castilla del Pino, la memoria del autor es otro elemento que condiciona el resultado. "La buena memoria es sospechosa. Olvidar es una forma económicamente necesaria de disolver aquella parte de nosotros que por diversas razones no toleramos". Esta frase recogida en la obra del psiquiatra Pretérito imperfecto resume el sentir expuesto ayer por el autor. "No sabemos cuáles han sido los pudores de Caballero Bonald en su autobiografía. Las autobiografías que ofrecemos son lo que queremos ofrecer. Hacemos lo que podemos y, entre eso, lo que queremos y los lectores las toman o las dejan", concluyó.
Ya fuera del congreso, Caballero Bonald recibió uno de los homenajes más sentidos. Visitó el instituto de enseñanza secundaria de Jerez que lleva su nombre, donde sintió el calor de los jóvenes que allí estudian. En un salón, decorado para la ocasión, recibieron al poeta entre aplausos, recitaron algunos de sus poemas y leyeron su prosa. Además, antes de soplar las velas de la tarta, le obsequiaron con una pluma estilográfica. "Para que siga escribiendo, don José Manuel", le deslizaba al oído la joven que se la entregó. Un homenaje que Caballero Bonald agradeció visiblemente emocionado.
Para hoy está previsto que el congreso, organizado por la Fundación, el Ayuntamiento de Jerez y la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, acoja la presentación de Relecturas. Prosas reunidas (1956-2005), un completo recorrido por la obra del escritor jerezano.
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