Saviola, el hombre inesperado
El argentino, titular con el Barça dos años después, rechaza ir en invierno a un club europeo
Javier Saviola se ha salido con la suya: ha vuelto a ser, por primera vez en dos años y medio -la última vez fue en La Romareda, en la última jornada de la temporada 2003-04-, titular en el Barça. Lesionados Eto'o y Gudjohnsen, el argentino volvió a formar parte de la delantera azulgrana en Riazor, donde, pasada la primera media hora, fue objeto de penalti y se convirtió en uno de los más destacados de su equipo. La pena la transformó Ronaldinho. No pudo el pibito completar una noche redonda: tuvo cerca el segundo gol tras una internada preciosa de Iniesta, pero la defensa gallega desbarató el chut y Cristian y Verdú, dos canteranos del Barça acogidos en Riazor, tejieron entre ambos el empate del Deportivo, logrado por Juan Rodríguez.
"He visto a Javier muy bien. Y ha provocado el penalti. Le he sustituido
[por Giuly, en el minuto 69] porque tenía que manejar su caso", se apresuró a aclarar Frank Rijkaard, el entrenador del Barça. "Era su primer día como titular. El partido fue contundente y se tenía que gastar mucha energía. No quería correr más riesgos". Jamás habría imaginado el holandés tener que decir algo así en agosto, durante la gira americana, cuando Saviola parecía estar en el Barça de prestado. Recuperado del Sevilla, en el que jugó el último año cedido, la directiva se desesperaba entonces por encontrarle un club para cobrar un traspaso de su último año de contrato, que concluye en junio de 2007. El argentino podrá negociar libremente en enero su destino y rechazó una tras otra todas las ofertas que llegaron a los despachos. Pero, lejos de marginarle y apartarle de la disciplina del grupo, Rijkaard, que es un buen tipo, siempre le dio cobijo y minutos en los amistosos. "Estoy contento por él", dijo cuando marcó su primer gol en verano. "Es un buen chico y uno de los nuestros. Ya sabe que no tendrá muchas opciones de jugar con nosotros, pero quiero que esté en forma pase lo que pase".
Y decidió quedarse. Saviola sólo se entrenaba hasta que el holandés sorprendió a su mismo vestuario apostando por él, ante el Valencia, en la cuarta jornada, en los últimos seis minutos del partido. Adorado en el Camp Nou, donde siempre fue tratado como un hijo, su ingreso en el campo fue acogido con delirio. "Saviola es capaz de generar por partido dos ocasiones de gol tanto si juega 20 como 90 minutos", dicen los técnicos para describir su juego. Y tuvo su oportunidad ante Cañizares, pero falló. El azar luego allanó su camino: Eto'o se rompió y Rijkaard apostó por el islandés como titular. Saviola había jugado hasta el sábado 68 minutos -jugó 25 en Madrid, donde no marcó por poco- y sólo en Riazor 64. Su bagaje hasta ahora es de un gol en San Mamés. Rijkaard lo ha utilizado en seis encuentros, por lo que no podrá ser traspasado a otro equipo de la Liga en el mercado de invierno, aunque si a otro europeo porque no ha debutado en la Champions ni fue alineado en la Supercopa de Europa. El Barça querría venderlo en diciembre -Eto'o estará recuperado en febrero-, pero Saviola no quiere moverse. Su agente ya se lo ha comunicado a varios clubes interesados. En enero empezará a decidir. Ha logrado ser dueño de su destino y a testarudo -"mis ganas de jugar son muchas", dijo en Riazor- , por mucho que tenga el Barça delante, no le gana nadie.
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