La ofensiva del Recreativo, premiada en el 94

Dos propuestas futbolísticas tan diferentes no podían marcharse con el mismo premio. El juego recompensó finalmente al Recreativo por su apuesta decididamente ofensiva y castigó a un Nàstic que se colgó del cuello de su portero después de cazar un gol a las primeras de cambio. Aunque para ello hubo de esperar al minuto 94, con el árbitro echándose el silbato a la boca. El Recre rescató la victoria después de tres derrotas seguidas como cierre a un partido en el que volteó al Nàstic con su juego de salón.

El equipo catalán se atrincheró después del tempranero tanto de Irurzun. Makukula bajó el balón del cielo para dejarlo en la bota del delantero y el Nàstic encontró oro en su única visita al área contraria en el primer tiempo. Fue el propio Nàstic el que se puso contra las cuerdas tras el gol. Cazorla se vistió de jefe y comandó la ofensiva del Recreativo. Asociado a Viqueira, el interior dio un cursillo de pases interiores a Guerrero y Sinama, que tan pronto aparecía en la banda disfrazado de extremo como remataba un minuto después en el punto de penalti. El Recre se marcó un festival de juego de ataque en diez minutos, con el Nàstic vendido y desbordado, sólo aliviado cuando Makukula descargaba la pelota. El balón se le esfumaba al equipo de Luis César en los pies sin saber qué hacer con él. A los 25 minutos, los jugadores ya miraban el reloj. Mala señal.

Los chicos de Marcelino mandaron centros a porrillo. Uno de Cazorla, después de un gran control y de volver loco a Mingo, lo convirtió Javi Guerrero en gol con un toque de espuela de lo más fino. A los 30 años, el delantero parece más fresco que nunca. Desnudado por el tanto, el Nàstic quiso espabilarse visto lo que le venía encima, pero había perdido el balón y el derecho a reclamarlo. Se había dedicado a correr sin parar.

A los 11 segundos de la segunda parte, Sinama ya estaba ante Rubén con el balón en las botas, síntoma de que al Nàstic no le esperaba tregua alguna. Luis César recurrió a Portillo, más rápido que Makukula, y la entrada de Generelo refrescó el medio campo. Al Recre se le apagó la luz cuando Cazorla se marchó lesionado y el Nàstic respiró durante algunos minutos. Muy pocos. Ruz salvó con la mano un tanto de Uche en la línea de meta, Llera fue expulsado y el Recre agotó sus balas. La última, en el 94, le premió por su valentía.