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Jean Todt | Consejero delegado de Ferrari

El pequeño Napoleón

Entre todas las marcas-símbolo que se identifican con un país, Ferrari ocupa sin duda un lugar privilegiado. Pues bien, al frente de la misma se encuentra un francés que ha conseguido crear el dream team que ha dado a la firma automovilística las mayores glorias de su historia deportiva y del que se espera que consiga ahora los mejores ejercicios económicos de su palmarés. Llegó a Maranello, la pequeña república del cavallino rampante en 1993, de la mano de Luca Cordero di Montezemolo, al que sustituye esta semana como consejero delegado de Ferrari SA, la joya del grupo Fiat.

Tuvo un aterrizaje duro y costoso, y cuando estaba a punto de tirar la toalla, en 1999, empezaron a recoger los frutos de la siembra. El cambio de siglo no pudo ser más venturoso. Tras tres lustros de sequía sin trofeos en la firma más deportiva de Fiat, el equipo que ahora se diluye por distintas razones deja en sus vitrinas seis títulos mundiales como constructor y cinco de pilotos (Schumacher).

De pequeña estatura, frío, distante..., lejos del carisma de su antecesor, recoge una sociedad en un momento dulce con un incremento de las ventas de un 10% en el tercer trimestre del año (332 millones de euros), pero con una reducción de los beneficios en el mismo periodo de 42 a 38 millones provocada precisamente por el incremento de los gastos que él mismo ha originado al frente de la fórmula 1.

En su nuevo destino tendrá que echar mano de sus viejos apuntes de administración de empresas que estudió en su juventud en Neuilly y que rápidamente abandonó afectado por el virus de las carreras automovilísticas. Posee sin duda el mejor currículo del mundo como copiloto de rallies, habiendo ganado el campeonato del mundo en 1981, y esas aptitudes van a ser también uno de sus principales activos junto a su predecesor (Montezemolo), que le sacó hace 13 años del equipo de Peugeot con el que había cosechado importantes éxitos. Fiat, que ha protagonizado una sorprendente recuperación económica durante el último ejercicio, ha incrementado su participación hasta el 85% de Ferrari en una clara apuesta por la imagen deportiva y en una prueba más de la creciente dependencia del circo de la fórmula 1 de los grandes grupos de la industria automovilística. A los sesenta años trabaja hasta 16 horas al día y se reconoce un gran creyente de la "religión Ferrari" y fiel al título de la película que protagonizó su mujer (Miss Malasia, 1983) junto a James Bond, considera que "El mañana nunca muere".

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