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Análisis:A LA PARRILLA
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Darwin y Einstein

La estructura de Prison break (La Sexta) parece inspirarse en el mito de Sísifo: cuando parece que los prisioneros se acercan a su objetivo de evasión, ocurre algo que les impide llevar a cabo sus planes y hay que volver a empezar. La trama, tan inverosímil como adictiva, dramatiza el encierro, subraya los valores de la lealtad entre hermanos, de la determinación individual frente a la opresión colectiva y retrata la maldad humana en todas sus variantes. La suma de estos ingredientes es el secreto de una historia en la que se suceden los conflictos morales, las heroicidades y las situaciones límite. Que la mala sea la vicepresidenta de un gobierno corrupto de Estados Unidos añade emoción al asunto, sobre todo cuando el peor agente del gobierno le dice a su compañero: "Si vuelves a hablar así voy a tener que matarte". En esta bolsa de intereses, la vida no vale nada y sólo sirve para alargar los plazos de supervivencia. La dimensión dramática, minuciosamente elaborada por los guionistas, convierte la cárcel en metáfora de un mundo que repite las conductas del exterior, teóricamente libre pero plagado de peligros, conspiraciones y persecuciones que recuerdan El fugitivo.

El mérito de Prison break consiste en que un género tan trillado como el carcelario parezca distinto. ¿Que el guaperas protagonista también ayuda? Probablemente, pero los demás personajes secundarios están a su altura, como lo está la contundente denuncia del sistema y sus abusos de poder. Y, por si eso fuera poco, de vez en cuando algún preso se descuelga con una sentencia intelectual casi subversiva: "Aquí dentro el que gana es Darwin, no Einstein". Es una de esas afirmaciones con referencias tan poco verosímiles como el túnel que están cavando pero que resume bien las leyes del mundo carcelario y, si me apuran, las del no carcelario, donde el instinto de supervivencia resulta bastante más útil que la inteligencia relativista. De hecho, podría ser la conclusión de la mayoría de los informativos: Darwin 1-Einstein 0. Y así nos va.

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