La obsesión de Lampard
"La 'Champions' es mi frustración", reconoce el medio
Frank Lampard (Londres, 1978) es imparable si se le mete una idea en el entrecejo. De niño, después de ver el Mundial 90, se convenció de que algún día defendería la zamarra de Inglaterra. "Me fijé en cómo jugaba Gascoigne. Era magnífico. No sólo me encantaba su juego, sino que me enamoré de su carácter y, por extensión, del puesto de centrocampista", recuerda. Ahora, además de guiar a Inglaterra, es el referente del Chelsea en la medular. "Es el mejor medio del mundo", le piropea Mourinho.
Lampard lleva el fútbol en su ADN. Su padre, Frank Senior, fue lateral del West Ham e internacional en la década de los 70. Su tío, Harry Redknapp, fue también jugador del West Ham y ahora es el técnico del Portsmouth. De niño, ya bajaba cada tarde al parque contiguo a su casa en Romford, al este de Londres, para medirse a chicos dos o tres años mayores: "Me chiflaba jugar allí porque para superarles tenía que dar el máximo. Cuando veo que hay alguien que lo hace mejor que yo, trabajo más y más fuerte hasta conseguirlo".
Por entonces, sin embargo, Lampard no se decidía entre el fútbol o el cricket. Su padre se lo aclaró: "He sido cricketer internacional con Inglaterra en las categorías inferiores. Si quieres ganar dinero, juega al fútbol". Dicho y hecho. A los16 años firmó con el West Ham. En 2001 llegó al Chelsea. "Stamford Bridge impulsó más mi ímpetu por mejorar y jugar", dice.
Pero aún no ha ganado la Champions. "Estoy frustrado. Cada día ansío más y más ganar este título", rezonga. Hoy reta al Barça, equipo al que admira. "Sigo regularmente la Liga en Sky Sports", cuenta. Y se deshace en elogios: "Creo que Xavi es brillante y que Ronaldinho, por sus trucos con el balón, su calidad técnica y su sonrisa, es el mejor del mundo". A Lampard no le ha quedado otra que seguir al Barça de cerca: su esposa, Elen, es catalana y culé. "Un día le compré el vestido del Chelsea a mi hija Luna y me hizo cambiarla inmediatamente", cuenta. Su relación con Elen ha provocado rumores sobre su posible traspaso al Barça. "Barcelona es una ciudad magnífica. Se come de maravilla. Pero tengo 28 años y en Londres estoy muy contento", advierte.
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