Hacer visible la homosexualidad
Colega imparte cursos en los institutos de Córdoba para luchar contra la homofobia
A Isabel Reyes (Córdoba, 1967) le costará trabajo olvidar su visita a un instituto público de un pequeño pueblo de la provincia de Córdoba. No quiere dar nombres, pero sí contar lo que allí vio. Reyes es la responsable del área de educación de Colega (Colectivo de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales) de Córdoba y fue la encargada de dirigir una campaña de sensibilización sobre la homosexualidad en cerca de 30 centros públicos de la provincia.
Hasta ese pequeño pueblo llegó Reyes después de que se pusiese en contacto con Colega un dinamizador del Ayuntamiento. "Un chico estaba sufriendo un caso de acoso bestial", explica Reyes. "Padecía un acoso, una agresividad, un odio de sus compañeros..." Y sólo por ser homosexual. "En su situación y si tuviera que ir a clase, me pondría enferma todos los días", dice Reyes.
"Los chavales sólo reproducen lo que ven en la calle, en las casas o a los padres"
"Sólo el 62,7% de los profesores participó en los talleres"
En total, han participado en la campaña 2.836 alumnos de 10 municipios de Córdoba. Reyes explica que el caso del acoso hacia ese chico homosexual es el extremo y que se ha encontrado "de todo" entre los chavales y chavalas. "En realidad, homofobia profunda y odio profundo los he visto en muy pocos casos por parte de los alumnos. Lo que he comprobado, más que nada, ha sido una reproducción de los comportamientos que ven en la calle, en las casas o a los padres. Los chavales sólo reproducen lo que ven".
Reyes también ha comprobado como los estereotipos de los chicos se quedaban en nada cuando conocían a alguien cuya sexualidad era diferente: "Lo que hacemos es naturalizar el tema y presentar casos cercanos porque con eso se eliminan los estereotipos. Pero para que eso ocurra hay que hacer visible la homosexualidad. Así habrá referentes y la imagen que tengan los alumnos no será sólo la de los chistes de la televisión".
Actualmente, Colega realiza campañas similares en Córdoba, Sevilla, Huelva y Málaga (donde tienen más arraigo y están más sistematizadas). En noviembre, habrá un encuentro en Córdoba en el que distintos miembros del colectivo que han participado en estas experiencias pondrán en común lo que han aprendido y recibirán las herramientas necesarias para enfocar mejor su labor de concienciación. Reyes explica que la iniciativa surgió tras "detectar en las aulas y en los recreos un ambiente hostil hacia la homosexualidad".
Pero en su trabajo de campo con los chavales esta monitora ha encontrado diferencias "de sexos". "Los niños tienen que dar la imagen que se espera de ellos y se les obliga a rechazar la homosexualidad y a insultar y reírse", sostiene Reyes. En su opinión, detrás de esta actitud de rechazo más extendida entre los varones está la "presión del grupo". "Los hombres tienen que demostrar continuamente su masculinidad y que no se ponga en duda. Existe un gran miedo entre los chicos a que piensen que son homosexuales y llegan a extremos ridículos". Según Reyes, esta presión es mucho menor en las mujeres.
Lo que se plantea Colega en Córdoba para este curso es intentar extender la idea a más centros y convertir la iniciativa en un programa "más integral que abarque otros ámbitos". Pretenden, por ejemplo, entablar contactos también con padres y madres para ofrecerles talleres y dar formación también a los profesores.
Reyes tampoco quiere generalizar respecto a la respuesta que ha encontrado por parte de los docentes cuando ha visitado los institutos. "Ha habido de todo, aunque lo que sí nos hubiese gustado es algo más de implicación". De hecho, sólo el 62,7% de los profesores que podrían haber estado presentes participó en los talleres. "Algunos detalles te desaniman", sostiene, "como por ejemplo que te contesten de forma fría o que te den excusas que sabes que no son ciertas para que no se ponga en marcha el taller (...) Sabes que, si en vez de ofrecerle un taller de sensibilización y de respeto hacia la homosexualidad fuese de medio ambiente, estarían dispuestos".
Reyes explica que el año pasado también estuvo impartiendo talleres en los centros de enseñanza de Córdoba sobre derechos humanos con la organización Amnistía Internacional (AI). "Yo he notado la diferencia en el recibimiento que te dan", afirma. "En un caso te presentan como la chica de Colega que viene a dar una charla, y la acogida en los institutos es fría". Cuando, la presentaban como miembro de AI, los docentes mostraban más interés. "Lo que hay detrás es rechazo, porque yo soy la misma persona y porque en los dos casos iba a hablar de exclusión". concluye.
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