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Crónica:Fútbol | Octava jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

A falta de pies, bien vale la cabeza

El Barça abate al Recreativo en un partido discreto con dos goles de Ronaldinho y uno de Xavi

Ramon Besa

A falta de piernas, se impone la cabeza. No anda muy fino el Barça, incapaz de coger la onda de su mejor fútbol, alejado todavía del juego de claqué, demasiado desconectado de su mejor versión. Ayer no estuvo nada artístico. A cambio, ganó efectividad y se reafirmó en el liderato con un penalti más que discutible y dos testarazos soberbios, uno de Ronaldinho y otro de Xavi, gente que se viste por los pies, nada que ver con los arietes o los volantes que atacan la pelota como los búfalos. Los goles aliviaron una jornada de difícil digestión desde el punto de vista azulgrana. El Barcelona encontró alivio en los cabezazos de los medios y los centros de sus laterales, tanto de Sylvinho como Belletti, que pusieron la pelota en las mejores condiciones para el remate ante la desesperación del Recreativo, que lleva una vida sin meter un gol en el Camp Nou aún cuando juega mejor que muchos otros que cuentan más de un triunfo.

BARCELONA 3 - RECREATIVO 0

Barcelona: Valdés; Belletti, Puyol, Márquez, Sylvinho; Xavi, Edmilson, Deco (Iniesta, m. 67); Giuly, Gudjohnsen (Saviola, m. 61) y Ronaldinho (Ezquerro, m. 80). No utilizados: Jorquera; Oleguer, Motta y Thuram.

Recreativo: Laquait; Edu Moya, Bouzón, Mario, Bautista; Cazorla, Vázquez, Viqueira (Barber, m. 62), Aitor; Calle (Pongolle, m. 67) y Rosu (Guerrero, m. 60). No utilizados: José Ramón; Merino, Poli y Arzo.

Goles: 1-0. M. 27. Ronaldinho transforma un penalti de Mario sobre Gudjohnsen. 2-0. M. 56. Sylvinho centra por la izquierda, Ronaldinho supera la marca de Bautista y remata de cabeza en el segundo palo. 3-0. M. 59. Xavi remata de cabeza, en el segundo palo, un centro por la derecha de Belletti.

Árbitro: González Vázquez. Amonestó con tarjeta amarilla a Edmilson, Deco, Mario y Jesús Vázquez.

Camp Nou. 72.630 espectadores.

Los azulgrana deciden en un cuarto de hora ante un rival que funcionó muy bien como equipo
Pocos despiertan tantas emociones en el Camp Nou como Saviola, agitador por naturaleza

Y es que el partido empezó con un hermoso despliegue del Recreativo. Muy aseado, bien puesto y mejor organizado, el equipo de Marcelino se marcó una media hora estupenda. La hinchada se preguntaba por futbolistas en los que no había reparado nada más sentarse en la grada. Viqueira era el más llamativo porque como buen centrocampista funcionaba tan bien en ataque como en defensa. A su alrededor, basculaban los medios, se dejaban caer por las bandas los delanteros y negaban el espacio los zagueros con una musicalidad sorprendente, sin apenas cometer faltas, siempre respetando la pelota. La armonía visitante contrastaba con el fútbol sincopado de los azulgrana, bien guardados en cualquier caso por Valdés, excelente nada más empezar el partido en un remate de Calle.

No había manera de que el Barcelona se ganara un remate franco porque el equipo no rompía por ningún sitio. El interés de Xavi no tenía más acompañamiento ofensivo que el golpe de riñón de Giuly, siempre abierto por el ala derecha, dispuesto a recibir el cuero al espacio, enfilan do el primer palo. Muy poca munición. La única noticia barcelonista que hubo en el área forastera antes de alcanzar el descanso fue el penalti que pitó el árbitro en una cuerpo a cuerpo entre Mario y Gudjohnsen, una jugada de tantas, aceptadas como corriente por defensas y delanteros y que el colegiado sancionó ante el enfado del cuadro andaluz y la sonrisa de los azulgrana, que ante la ausencia de juego agradecieron un detalle tan magnánimo. A excepción de González Vázquez nadie había reparado en que el excentral azulgrana sopló la camiseta de Guddy. La caída del islandés provocó el intervencionismo televisivo para chequear la acción y al final se convino que nadie habría dicho nada de no mediar el árbitro, que se puso muy serio, como para advertir de su sentido de la justicia.

Ausente hasta entonces como extremo y tres cuartista, Ronaldinho compareció como buen francotirador y marcó tranquilamente con un remate tan excelente como insustanciales habían sido sus pases. Ni con el gol a favor se serenó el Barcelona, falto de desmarque, de profundidad, de desequilibrio, sometido por una organización defensiva precisa y preciosa. Pocos equipos juegan tan bien al fútbol sin la pelota como el Recreativo. Ante una defensa de ayudas tan poco permeable se imponen gestos técnicos muy difíciles de responder. Los recursos azulgrana, sin embargo, son ilimitados. Destemplados los medios en el entrejuego, el protagonismo lo asumieron los laterales. Sylvinho y Belletti progresaron bien por las bandas y Ronaldinho y Xavi remataron mejor nada más regresar a la cancha. Al Barcelona le alcanzó con un cuarto de hora muy intenso y hasta cierto punto eléctrico, imposible para el Recreativo, que además penó porque Rosu andaba con problemas físicos y no se sabía muy bien si estaba dentro o fuera de la cancha.

Marcadas las diferencias, el encuentro recuperó su tono más bien mediocre hasta que Saviola apareció en escena. Pocos jugadores provocan tantas emociones en el estadio azulgrana como el argentino, agitador por naturaleza, muy atento a cualquier pelota que pase cerca del área. Aunque le puso mucho interés, no marcó Saviola ni tampoco Giuly, que pudieron ampliar la goleada. El Recreativo ya había desaparecido para entonces del escenario y sus futbolistas se abandonaron tanto que empezaron a pensar a quien le iban a pedir al final del encuentro la zamarra para dar fe de su paso por el campo barcelonista.

La jornada acabó muy bien para el Barcelona porque además de reencontrarse con el gol, el Valencia perdió en Santander. Así que su condición de líder se ve agrandada mientras camina expectante al encuentro de mayores emociones como la del próximo martes contra el Chelsea.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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