Un filme esloveno sobre el desencanto ante la entrada en Europa triunfa en la Mostra

La película eslovena Delo osvobaja (El trabajo es libertad), de Damjan Kozole, ganó ayer la Palmera de Oro en la XXVII edición de la Mostra de Valencia, que se clausuró anoche. El filme balcánico, uno de los pocos notables de una paupérrima sección oficial, construye una inteligente parábola sobre el desencanto provocado por la integración europea entre los habitantes de Eslovenia. En la competición de Mostra Cinema Valencia, dedicada al cine producido en la Comunidad, La bicicleta, de Sigfrid Monleón, se alzó con el premio al mejor largometraje del año.

Delo osvobaja, o su equivalente en alemán Arbeit macht frei (El trabajo es libertad), es la inscripción que figura en la verja de entrada del campo de concentración de Auschwitz, como un brutal lema de mal gusto para todos aquellos que eran confinados en el campo de concentración. Damjan Kozole sonreía al recordar la similitud entre el título de la película que ganó ayer la Palmera de Oro en la Mostra de Valencia y la leyenda nazi de unas de las fábricas del Holocausto. "Hay algo de ironía en el título de la película y, aunque la historia que narra es una tragedia, es mucho menos grave que la de Auschwitz y mucho más cotidiana", dice Kozole, responsable de uno de los pocos filmes de calidad de la sección oficial del certamen. El cineasta se alzó con el premio al mejor director, según la decisión del jurado internacional del festival, presidido por el cineasta Jaime de Armiñán. La cinta eslovena narra las peripecias de un maquinista, al que la integración en la Unión Europea de su país ha dejado en el paro, y su difícil supervivencia en una situación "bastante delicada para los eslovenos, que todavía estamos esperando lo mejor de la UE", según la opinión de Kozole.

Delo osvobaja, que se llevó los 40.000 euros con los que está dotado el premio, estaba entre las pocas favoritas para ganar la Palmera de Oro. Entre ese selecto grupo no figuraba la tunecina Khochkach, de Salma Baccar, un más que discutible filme sobre los problemas de adicción al opio de una mujer casada cuando descubre la homosexualidad de su marido, que logró la Palmera de Plata. La de bronce fue para la ignota cinematografía albanesa, de la que procede Magic Eye, de Kujtim Çashku, cuyos poéticos planos cautivaron al jurado.

Fuera del podio de la Mostra quedó la otra gran candidata a la Palmera de Oro, la israelí Eize makom nifla, de Eyal Halfon. No obstante, la película israelí mereció el premio especial del jurado y el galardón al mejor guión. Los premios menores fueron para la actriz tunecina Rabia Ben Abdallah (mejor interpretación femenina), el actor sirio Fares Helou (mejor interpretación masculina), el colectivo de directores de fotografía responsable de Magic Eye, así como la banda sonora original de la cinta albanesa.

En el apartado dedicado al cine valenciano, la triunfadora fue La bicicleta, de Sigfrid Monleón, que se llevó los 30.000 euros reservados al mejor largometraje valenciano. Las otras dos películas que concursaban en esta especie de Goyas locales no se fueron de vacío: los dos protagonistas de Arena en los bolsillos, Nicolae Nicula y Yohana Cobo, consiguieron los galardones al mejor actor y actriz respectivamente, mientras que Fernando Velázquez ganó el correspondiente a la mejor música por su trabajo en El síndrome de Svensson. Además, Omar Martínez, de Pau Martínez, ganó la distinción a la mejor película para televisión, Jaime en el espejo, de Marco Potyomkim, fue considerado por el jurado como el mejor documental, y El futuro está en el porno, de Vicente Villanueva, logró el premio al mejor cortometraje en 35 mm.

Una de las ediciones más insulsas de los últimos años de la Mostra finalizó ayer con la gala de clausura, conducida por Anabel Alonso, en la que, a la manera de Hollywood, se conocieron los nombres de los premiados. El certamen valenciano, en franca decadencia, acaba así una semana intrascendente en la que la impresión general de quienes han seguido sus actividades se ajusta perfectamente al comentario de un periodista acreditado: "Este festival es una excusa para que la alcaldesa se haga la foto con la estrella invitada".