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Dos detenidos tras el desalojo de ocho viviendas ocupadas en Armilla

La Guardia Civil intervino tras la denuncia de la dueña del bloque

La Guardia Civil detuvo ayer a dos personas por amenazas y por su presunta relación con la ocupación ilegal de varias viviendas en la localidad granadina de Armilla, donde los agentes desalojaron el miércoles por la tarde ocho pisos. En el momento de la operación policial, las viviendas estaban vacías, aunque la Guardia Civil se incautó de una pistola simulada y drogas.

El desalojo se produjo en un bloque de 22 viviendas de la calleLaurel de Armilla, propiedad de la empresa Gestión Granadina de Alquileres, tras las denuncias presentadas por su propietaria por la ocupación ilegal y por un empleado encargado del mantenimiento de los bloques, quien denunció amenazas por parte de alguno de los supuestos okupas.

En el momento de la operación, que se desarrolló en la tarde del miércoles, los inmuebles se encontraban deshabitados aunque en su interior se hallaron diversos efectos y material utilizado "habitualmente" para acceder a viviendas, según fuentes de la Guardia Civil. Dicha fuente explicó que los okupas habían amenazado en diversas ocasiones al empleado de mantenimiento del edificio, cambiaron las cerraduras de algunos pisos y recibían ilegalmente suministro eléctrico.

Según estas fuentes, los primeros problemas se registraron el pasado verano, cuando los inquilinos habituales del inmueble se percataron de que algunos de los pisos deshabitados estaban siendo ocupados de forma irregular por personas "de distintas etnias y nacionalidad". La Guardia Civil se ha visto obligada a intervenir después de que la propietaria del edificio denunciara esta semana que la situación era "ingobernable" y que algunos de los inquilinos legales estaban abandonando sus casas.

Por otra parte, el alcalde de Armilla, José Antonio Morales (PSOE), anunció el miércoles por la noche que no se presentará a la reelección en las próximas elecciones municipales ante la "falta de apoyo" por parte de su partido por lo que respecta a los escándalos urbanísticos acontecidos en la localidad. "No he tenido la ayuda que hubiese deseado y me siento cabeza de turco de no sé qué", confesó el dirigente, que dijo haberse sentido utilizado " como moneda de cambio de una pieza por otra entre este municipio y otro municipio". Morales, pese a contar con el apoyo casi unánime del PSOE de Armilla, dijo haber recibido el consejo de la dirección provincial del partido de no presentarse. Esta decisión viene precedida por la dimisión del concejal de Urbanismo de la localidad y vicepresidente de la Diputación provincial, Gabriel Cañavate.

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