Valencia ya canta ópera

Después de varias aperturas en falso, el Palau de les Arts abrió ayer por fin sus puertas para iniciar la primera temporada estable de ópera en Valencia. La reina Sofía presidió el estreno de la única ópera de Beethoven, Fidelio, un canto a la libertad y al amor. El público tuvo la primera oportunidad de comprobar cómo suena la nueva Orquestra de la Comunitat Valenciana, bajo la batuta de Zubin Mehta, acompañada por el reputado Cor de la Generalitat.

De nuevo, el Palau de les Arts se convirtió en el epicentro del poder y de la alta sociedad valenciana en sus ramificaciones política, empresarial, judicial y no tanto cultural. Plácido Domingo fue un invitado de excepción. Ni Santiago Calatrava, ni la ministra de Cultura, Carmen Calvo (cuya presencia no estaba prevista) asistieron a la gala, que discurrió sin incidentes y ante un auditorio peculiar y muy oficial. Parte del público se mostró desconcertado con el protocolo operístico. Se oyeron interrogaciones y titubeos sobre cuándo se debía aplaudir.

Y, aun ausente, Calatrava fue uno de los protagonistas, no sólo por su imponente y discutida arquitectura, sino también por sus declaraciones del martes en Oviedo. En ellas, pidió a los responsables del Palau que dejen de programar "obras absurdas" en el auditorio para cerrar la sala destinada a conciertos sinfónicos y poder acabarla en abril. En ese auditorio se han celebrado estrenos de películas e incluso un encuentro con Mariano Rajoy, además de congresos.

Estas manifestaciones provocaron el enésimo rifirrafe entre los dos principales partidos. El portavoz de Grandes Proyectos del PSPV en les Corts, José Camarasa, criticó la utilización "partidista y electoral" que hace el PP del Palau. Señaló que las manifestaciones del arquitecto suponen "una censura en toda regla" al PP y se preguntó si los ocho meses que Calatrava pide para rematar el coliseo son una "coincidencia" con las elecciones autonómicas de mayo de 2007.

El portavoz adjunto parlamentario del PP, Rafael Maluenda, respondió que "los socialistas, con sus críticas, demuestran que les molesta que la Comunitat Valenciana y los valencianos dispongan de un auditorio como el Palau, que es la envidia de toda España".

La secretaria autonómica de Cultura, Concha Gómez, señaló que sólo le compete el contenido cultural y que en este campo "habrá un momento en el que no habrá más actividad" en el auditorio "para que se pueda terminar".