El futuro bólido del asturiano no gana

Hay algunos datos en el equipo McLaren Mercedes que invitan como mínimo a la preocupación. El desastre que vivió el equipo en el Gran Premio de Japón, cuando no consiguió colocar ninguno de sus dos bólidos entre los 10 primeros de la parrilla, no se había producido con anterioridad e hizo temblar incluso los cimientos de la escudería que dirige Ron Dennis. El coche no funciona. Y eso no sólo quedó patente en Suzuka, sino también a lo largo de toda la temporada. Por primera vez desde 1996, McLaren no ha conseguido ni una sola victoria en todo el año. Hay desasosiego en el equipo y, aunque queda tiempo para modificar algunas cosas, no se vislumbran soluciones drásticas que puedan cambiar su dinámica para ofrecer a Fernando Alonso un coche ganador la próxima temporada. Ahora mismo, no lo es.

En 1994 comenzó la etapa más gris para la escudería británica y se alargó hasta 1996

Kimi ha sufrido 31 abandonos en las 85 carreras disputadas en total

La situación adquirió su máxima gravedad en Suzuka y llegó incluso a desesperar a un piloto tan frío como Kimi Raikkonen que, por primera vez en los cinco años que lleva en McLaren, se pronunció. "Hice una vuelta perfecta. La mejor que podía dar con este coche, que lleva el nuevo motor que será la base de los próximos cuatro años", sentenció después de quedarse sólo con el 11º mejor tiempo. "Pero éste ha dejado ya de ser mi problema". Lo será para Fernando Alonso, porque McLaren no sólo no es el bólido más rápido del paddock, sino que sigue teniendo problemas de fiabilidad. Hay un dato que asusta: en las 85 carreras que Raikkonen ha disputado con McLaren, ha sufrido ¡31 abandonos!, la mayoría de ellos mecánicos.

Sin embargo, nadie cuestiona que McLaren Mercedes es una de las tres mejores escuderías del momento y, probablemente, junto a Ferrari, la que más ha marcado la historia de la F-1. Sus momentos más brillantes le llegaron en la década de los 80, cuando sus dos pilotos eran los mejores del Mundial: Ayrton Senna y Alain Prost. Algunas de sus batallas en los circuitos fueron épicas. Y Dennis nunca dio prioridad a uno o al otro. Les dio plena libertad e intentó ofrecerles el mejor bólido. Entonces lo consiguió. Especialmente en 1988, cuando entre los dos ganaron nada menos que 15 carreras de las 16 del calendario. En total, McLaren atesora un balance de 148 victorias y 125 poles position en los 612 grandes premios que ha disputado a lo largo de sus 41 años de existencia.

Pero, paralelamente, en 1994 comenzó la etapa más gris para la escudería británica. Duró tres temporadas, desde 1994 hasta el final de 1996. Y en todo este tiempo, ninguno de los dos bólidos de McLaren consiguió ganar una sola carrera. Desde la victoria de Ayrton Senna en la última carrera de 1993 en Australia hasta la de Coulthard en la primera de 1997, la escudería permaneció en blanco. Y fue un palo sólo superable gracias a la grandeza del equipo. Después, McLaren ha ganado como mínimo una carrera cada temporada, hasta la actual. La mejor de esta última etapa se produjo en 2005, cuando entre Kimi Raikkonen y Juan Pablo Montoya sumaron un total de 10 triunfos... aunque no consiguieron arrebatarle el título a un tal ¡Fernando Alonso!

Ahora, tras la nefasta temporada que están finalizando, en McLaren parecen haber puesto manos a la obra, en un intento ya un poco desesperado de recuperar todo su potencial. La marcha del ingeniero Adrian Newey, que culminaba la pirámide de diseñadores de los bólidos, y de Nikos Tombazis dejó un vacío que no ha sido llenado, produciendo una situación de cuatro cabezas visibles bajo la coordinación de Pady Lowe: Neil Oatley, Mike Couhglan, Pat Fry y Mark Williams. Al equipo se unirá también un nuevo diseñador aerodinámico procedente de Renault. Tal vez no sea lo más idóneo. Pero en el sofisticado centro de Woking se está trabajando a fondo para diseñar un bólido y un nuevo motor capaz de devolver al equipo a la senda de las victorias. Todavía hay tiempo, porque hasta el 15 de diciembre pueden presentar un dossier en la Federación Internacional (FIA) con todos los cambios que quieran realizar en su motor. Y el 1 de marzo deben entregarlo ya finalizado a la FIA. Ser competitivos es lo mínimo que les exige Alonso, un campeón que no quiere dejar de serlo. Pero el fantasma de los tres años que tardaron en 1994 para producir otro bólido ganador, no invita precisamente al optimismo.