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Alicante registró 89 homicidios en 2005, la mayoría en ajustes de cuentas entre bandas

La provincia lideró, tras Barcelona, Madrid y Málaga, la lista de muertes violentas

Alicante sigue ocupando los primeros puestos en la lista de las provincias más peligrosas de España. A tenor de los datos recabados en la memoria de la Fiscalía General del Estado, 89 personas perdieron la vida en condiciones violentas en 2005. La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) atribuye el auge de homicidios al crimen organizado, parapetado en un "caótico" modelo urbanístico y el déficit de agentes. El colectivo advierte del crecimiento de la criminalidad en su zona de competencia [el 80% del territorio] en un 170% entre 1992 y 2003.

La delincuencia se ha disparado en los municipios controlados por la Guardia Civil

Para la AUGC, la causa de la mayoría de homicidios fue el ajuste de cuentas entre miembros de bandas dedicadas al narcotráfico o la prostitución; o simplemente, como medida para delimitar su demarcación y advertir a otras redes rivales de su área de influencia. El cómputo global de la Fiscalía General del Estado consolida a esta provincia entre las zonas más peligrosas por número de muertes violentas, si bien, según apunta la AUGC, "las víctimas son los propios integrantes de las mismas bandas organizadas".

De las 89 muertes violentas registradas en Alicante

[en esta cifra se incluyen las víctimas muertas por violencia de género], seis fueron calificados por el ministerio público como asesinatos

[cuando el autor o autores dan muerte con alevosía y premeditación]. Sólo las provincias de Barcelona con 185 muertes; Madrid, con 145, y Málaga con 110 superan los registros de Alicante. Hay que tener en cuenta, sin embargo que, salvo Málaga con 300.000 residentes menos que Alicante, la población de Madrid y Barcelona es diez veces la de Alicante. Torrevieja sigue siendo paradigma nacional de la criminalidad. "Sólo en este municipio se da tanta delincuencia como en toda la provincia de Madrid", apunta el portavoz de la AUGC, Manuel Martínez.

Los datos han destapado otra característica de la criminalidad cometida en esta provincia: la delincuencia se ha disparado en los municipios bajo custodia de la Guardia Civil. El propio fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, ya reflejó que Alicante se sitúa a la cabeza de las provincias con delitos cometidos en las áreas controladas por la Guardia Civil. Pero, sin embargo, en el cómputo global de delitos, es decir los registrados en las demarcaciones del Cuerpo Nacional de Policía y de Guardia Civil, Alicante ocupa el sexto lugar. Ante este contraste, asalta la siguiente cuestión: ¿Qué ocurre en el territorio bajo control de la Guardia Civil? Según Martínez, la estadística corrobora una realidad: "El desaforado modelo urbanístico ha supuesto un fracaso en la aplicación de servicios básicos como el de la seguridad". La Ley de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, de 1988, aconsejaba que los núcleos urbanos con una población inferior a los 30.000 habitantes fueran controlados por la Guardia Civil. Pero muchas de estas localidades que entonces se asignaron a la Guardia Civil, como Torrevieja, Altea o Calpe, ya superaron de lejos este volumen de población. Torrevieja, cabecera de comarca de la Vega Baja, cuenta con una comunidad de derecho que asciende a los 100.000 habitantes, pero la población de hecho se multiplica por cinco. Frente a esta población, sólo un total de 340 efectivos, entre Policía Local y Guardia Civil. Alicante, velan por la seguridad de este municipio. A ojos vista, el cálculo del número de efectivos de la Guardia Civil "está desfasado". Para muestra un botón: la provincia de Alicante registra un 11% del total de delitos en España; sin embargo, sólo el 2,3% de la plantilla está aquí destinada.

Comarcas como La Vega Baja, y las dos Marinas, Alta y Baixa, se definen por caóticos núcleos urbanos de viviendas unifamiliares diseminados por todo el litoral. Su diseño urbano lejos de mantener un orden y concierto es un complejo laberinto de calles de difícil acceso. Para la AUGC, el desordenado mapa urbano y la falta de efectivos policiales actúa de catalizador para las mafias. Según datos de este sindicato, la incidencia de la delincuencia se disparó en la última década en un 170%, en el ámbito de la Guardia Civil. Se pasó de los 24.100 delitos denunciados en 1992 ante la Guardia Civil frente a los 63.500 de 2003.

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