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Reportaje:Fútbol | El gran cásico

Cerrojo al gaucho

Capello pondrá a Sergio Ramos para marcar a Ronaldinho un año después de que el Bernabéu lo ovacionara por sus dos goles

Diego Torres

El último Faraón de Camas apunta horarios de crack. De momento, es el último en salir cada día del vestuario. Lo hace al final de la jornada, cuando el sol ya declina, casi en plena siesta, atravesando un parking vacío, como custodiando la retaguardia de un ejército que se marchó hace rato montado en sus audis, buicks, aston martins, porsches y mercedes.

El sevillano dedicó los últimos días a practicar los centros. Piensa que son su punto flaco
El técnico no aleccionó a sus defensas sobre cómo actuar contra el brasileño

Sergio Ramos cierra la Ciudad Deportiva como antes lo hacían Redondo y Hierro. Ayer se fue a su casa junto con Raúl. Como los grandes, aunque tenga sólo 20 años, y con la emoción de las ocasiones irreversibles. No es para menos. Su misión de esta noche estará a la altura del horario al que finaliza la jornada laboral. Su entrenador, Fabio Capello, le ha mandado a que se interponga entre Ronaldinho y el gol.

"Creo que veremos a Ramos más tiempo en el lateral derecho", dijo ayer Capello, que piensa en la velocidad de Sergio como el mejor cerrojo contra el gaucho. Ante las bajas de Salgado y Cicinho el técnico madridista ha optado por trasladar al sevillano del centro de la defensa al costado. Asegura que la decisión tendrá peso duradero. "Me gustó cómo jugó en Bucarest", prosiguió; "y no es invento mío. Él ya ha jugado de lateral".

Ramos se siente orgulloso de haber nacido en el pueblo de Curro Romero. Secretamente cree en los contagios espirituales y en la magia de los lugares con duende. Ayer llegaron a Madrid decenas de invitados suyos de Sevilla. Unas cuarenta personas que le seguirán en directo actuando en la vieja posición que ocupó en el Sevilla entre 2003 y 2006. Esta vez se medirá a Ronaldinho en un duelo tan revelador para saber el verdadero nivel del brasileño como la capacidad del español para ajustarse al continuo cambio de funciones y espacios al que lo han sometido entre Luis Aragonés y Capello.

Lo tiene muy presente en estos días. Hace un año, en el Bernabéu, Ronaldinho lo superó en dos ocasiones antes de marcar dos goles que pusieron al estadio en pie. Durante meses repasó las jugadas mentalmente. "A Ronaldinho hay que pararlo en el centro del campo", repetía. "¡Si se gira y te encara con espacio, en carrera no tienes alternativas! O le haces falta o le entras, por si acaso".

La televisión siempre registra el desenlace. Ahí se veía a Ronaldinho superando al defensa. Lo que ocurrió más allá no aparece. Salgado intentó sin efecto evitar que el brasileño se girase. Lo pagó Sergio, que hoy tendrá ocasión de ponerse en la piel de Salgado. El entrenador, por su parte, no le ha dicho nada sobre cómo actuar con Ronaldinho. O bien Capello supone que su defensa tiene experiencia, o está convencido de que no existe la fórmula. El plan de Sergio es el que aprendió la temporada pasada. Como dice su hermano y representante, René, que compartió estos días con él: "Hay que estar muy encima de Ronaldinho. Sin guarradas. Yendo fuerte al balón. Que diga: '¡Uf! ¡Por aquí lo voy a tener chunguito! Porque si te encara estás muerto".

El pasado abril, antes de visitar el Camp Nou, Helguera le dio el mismo consejo: "A Ronaldinho no le puedes esperar. Hay que irle a buscar". Esa noche Sergio fue central. El partido terminó 1-1. Se sintió satisfecho. Se había emparejado con Eto'o, Deco y Ronaldinho y había sentido que los frenaba. El encuentro significó un primer paso en su revancha.

Ayer Capello no quiso evocar el clásico del año pasado y señaló que las marcas son responsabilidad del grupo no de un solo individuo: "No veo que Sergio marcara a Ronaldinho el año pasado. ¿Sufrir? ¿Por qué? Sergio fue central. ¡Salgado estaba más cerca! Además, si cada vez que meten un gol hay que pensar que Raúl no ha bajado, que Salgado no ha bajado... Es difícil para un central defender solo. Cuando meten un gol lo meten a todo el equipo".

Sergio es consciente de que para tener éxito deberá contar con el apoyo de Raúl para evitar que el lateral del Barça se asocie a Ronaldinho y le hagan un dos para uno. También se gira a su izquierda y mira a Emerson. Si el volante no mide bien, o está mal físicamente, el gaucho tendrá más opciones de desbordarlo.

Estas cosas ocupan la mente del sevillano en estos días en que los aficionados lo paran por la calle para pedirle una victoria. El hombre anda preocupado por adaptarse a la banda y mejorar su técnica. Sabe que la tarea no es sencilla. Muy pocos han logrado destacarse en las dos posiciones y todos los que le vienen a la mente superan los 30 años: Maldini es el más ilustre. En principio, Sergio ha dedicado unas cuantas horas a meter centros. Piensa que, como lateral, es su punto flaco. Y quiere mejorar. No le basta con imitar el horario de los grandes.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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