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El cantante Bono huye de la Hacienda irlandesa

El grupo U2 traslada su negocio musical a Holanda para eludir el pago de impuestos

Isabel Ferrer

El grupo irlandés U2 y su cantante solista, Paul Hewson, artísticamente Bono, conocido también por su lucha contra el hambre en África, han decidido trasladar su negocio musical a Holanda. La razón no es otra que la inminente entrada en vigor de una nueva ley, auspiciada por el Gobierno de Dublín, que impondrá el pago de la mitad de sus ingresos a los artistas que ganen más de 500.000 euros con esta clase de trabajo. Hasta ahora, la Hacienda irlandesa disponía de una cláusula que excluía de las tasas obligatorias los derechos de autor. Los artistas, incluidos los escritores, podían beneficiarse de ello. Con el cambio de régimen, U2, que califica el negocio musical de "muy complejo", ha buscado nuevos horizontes en el continente europeo. La revista Forbes, el contable apócrifo de las mayores fortunas del planeta, ha seguido el cambio de sede fiscal del grupo. Teniendo en cuenta que el año pasado ganaron 110 millones de euros, según los cálculos de la publicación ahora pagarán un 5% en impuestos sobre sus derechos de autor. Menos de la mitad de lo que hubieran desembolsado en Irlanda.

La mudanza financiera del conjunto irlandés ha generado sentimientos encontrados entre sus seguidores. Los más críticos señalan su "hipocresía" por pedirle al primer ministro irlandés, Bertie Ahern, que contribuya más para paliar el hambre africana, y luego evitar los mismos impuestos que apoyarían dicha ayuda. La imagen de Bono, considerado para el Premio Nobel de la Paz por ese mismo compromiso con los desfavorecidos, ha resultado tocada en casa con el asunto, según Bloomberg. Después de un largo silencio sobre el particular, el guitarrista del grupo, David Evans, ha declarado a la radio de su país que en una empresa "tan compleja como la música, todo el mundo trata de ser eficaz con los impuestos". Una frase algo escueta apoyada a continuación por el administrador del grupo, Paul McGuinness. Éste recordó que la propia Irlanda se había beneficiado de sus bajos impuestos para atraer a las inversiones extranjeras. Ciertamente, a escala comunitaria Irlanda es hoy uno de los mejores ejemplos de país pobre que ha dejado la cola de la UE para situarse entre los más prósperos.

Con más de 130 millones de discos vendidos y canciones tan emblemáticas como One y Beautiful day, los primeros ensayos de Bono y U2 no auguraban nada excepcional al principio. Ellos mismos han admitido que ni los instrumentos, ni las voces parecían valer la pena. De todos modos, con o sin polémicas fiscales de por medio, Bono puede presentar dos medallas simbólicas difíciles de criticar. La primera la ganó el año pasado junto con el cantante Bob Geldof cuando ambos contribuyeron a convencer a los líderes de los países más industrializados (G 8) a que doblaran la ayuda a África hasta el año 2010. Dicho acuerdo incluía el perdón de la deuda a las 18 naciones más pobres del mismo continente. El otro premio se lo dio la revista Time. Le nombró, también en 2005 y junto al presidente de Microsoft, Bill Gates y su esposa, Melinda, personalidad del año. Tal vez sus críticos puedan consolarse evocando el viejo adagio que recuerda que el artista raras veces está a la altura de sus obras.

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