Yeste da aire al Athletic

De tres partidos, dos derrotas y un empate. Este es el balance del Nàstic en casa, que ayer se quedó a un paso de lograr una épica remontada a un Athletic que se encomendó a Yeste para conseguir la primera victoria de la temporada. El resultado de ayer en el Nou Estadi permite a los vascos coger aire tras su pésimo inicio de temporada y coloca a los tarraconenses en puestos de descenso.

Lo intentó el Nàstic, que tuvo la pelota la mayor parte del partido y se acercó en reiteradas ocasiones a la portería de Lafuente. Pero, por enésima vez en lo que va de curso, evidenció una falta de gol preocupante. Se adelantó, sin embargo, el Athletic en una jugada que resume el encuentro. Aduriz le sacó dos metros en una carrera de quince a la defensa granate pero falló en la definición. El portero rechazó el cuero y se lo dejó en bandeja a Iraola, que remató contra los brazos de Matellán, que se había tirado al suelo con los pies por delante. El árbitro vio manos y Yeste, desde los once metros, engañó a Bizzarri. El presidente del Nàstic, Josep María Andreu se quejó ayer con vehemencia de una actuación arbitral "injusta y lamentable" y anunció que el club planteará una queja formal ante la Federación Española de Fútbol. Aparte del penalti, el árbitro Mejía Dávila, expulsó quince minutos después con una roja directa a Ruz, por una dura entrada a Orbaiz.

El Nàstic, lejos de desfallecer, aumentó la intensidad de su ataque, sobre todo por la banda izquierda de David Cuéllar, que ayer se fue de quien quiso en el uno contra uno. Pero sus centros no encontraron rematador. Mientras, el Athletic presionaba en campo contrario y amenazaba con plantarse en la portería tarraconense con cualquier balón que recuperara. Así llegó el segundo tanto, cuando Aduriz se fue por velocidad de Matellán y, tras repeler su disparo Bizarri, dejarle el gol cantado a Iraola.

El guión del partido se resistía a cambiar. El Nàstic perseguía el gol pero el Athletic era quien goleaba. "He visto equipos ganar con mucho menos de lo que hemos hecho nosotros", dijo al acabar el encuentro el entrenador Luis César. Le dolió el tercer tanto del Athletic, de un Yeste en estado puro. Tras recibir el cuero en el borde del área y otear la posición del guardameta, el diez bilbaíno clavó una vaselina perfecta a Bizarri, que se contentó con seguir la parábola del balón con la mirada. Tres a cero y el público se cebó con el árbitro.

Quizá el griterío de la grada espoleó al Nàstic, que, mediante centros, torturaba la renqueante zaga del Athletic. Y en uno de esos balones colgados al área, Sarriegi, tan desafortunado como infantil, se metió un gol en propia puerta al tratar de despejarlo. Poco después, fue Makukula quien puso la cabeza para reducir distancias, para dar un hilo de esperanza a la hinchada granate. Pero no pudo ser y el Nàstic continúa sin conocer la victoria en casa.